Escribe: Marco Antonio Salinas Morris
Muchos de nosotros hemos jugado, ya sea con nuestras familias o amigos,
el clásico juego del monopolio. Este juego, que para muchos es entretenido, ha
generado interminables peleas entre los jugadores. Durante el transcurso de la
partida, muchos pierden el objetivo principal del juego y se dedican solo a
buscar quitarle el dinero al que tiene más; sin embargo, lo que realmente se
busca es controlar todas las propiedades del tablero. Si traemos esto a la vida
real, se podría asemejar a un mercado controlado por pocas empresas;
es decir, el mercado sería un oligopolio. Tal es el caso del mercado de lentes de sol, donde existe una diversa variedad de marcas, pero muy pocas compañías.
Un oligopolio, en términos
generales, es una situación de mercado en la cual hay un escaso número de
vendedores, de manera que acaparan las ventas de determinados grupos como si
fuese un monopolio. Esta es la situación del mercado de gafas de sol. Cuando se
va a la playa (sobre todo con el calor infernal que vivimos últimamente),
muchos llevan sus gafas de sol para proteger la vista de los rayos
ultravioletas; otras personas simplemente las usan porque les gusta tenerlas en
todo momento. Marcas como Ray-Ban, Oakley, Chanel, Prada, Ralph Lauren, Dolce
& Gabbana, son las preferidas por aquellos fanáticos de las gafas de sol. Sin
embargo, lo que pocos conocen es que la compañía Luxottica es dueña de todas
estas famosas marcas.
Imaginémonos que una mesa de
monopolio es el mercado de gafas de sol. En un primer momento existían cinco jugadores:
Luxottica, Safilo, Marchon, Marcolin y Oakley. Las propiedades que se pueden
comprar en la mesa son todas las marcas de gafas de sol existentes. Conforme
avanza la partida, Luxottica comienza a adueñarse de diferentes propiedades del
tablero, haciéndose cada vez más fuerte frente a los demás jugadores. Sin
embargo, veía con cuidado a la marca Oakley, pues lo consideraba una potencial
competencia. Tanto es así, que en el 2007 utilizaron una estrategia polémica,
la cual podría ser considerada como una falta grave para las autoridades
monopólicas (el policía que te manda a la cárcel): decidió dejar de exhibir y
vender esa marca, ya que además poseen diversos canales de distribución
localizados alrededor del mundo. Con esto, lograron ahogar a Oakley hasta
llegar al punto no tenía otra opción más que aceptar ser comprado por Luxottica.
Es así que ahora solo quedan cuatro jugadores, de los cuales solo uno se hizo
tan fuerte que, de acuerdo con la revista Forbes, logra controlar el 80% de las
marcas de lujo en el mercado mundial de gafas.
A lo largo de los años, los
lentes no han mostrado cambios novedosos a comparación, por ejemplo, del de los
televisores; sin embargo, los precios de estos han estado subiendo de una
manera inimaginable. Basta resaltar el caso de los lentes Ray-Ban, que en el
año 1999 eran vendidos en las gasolineras de Estados Unidos por tan solo 19
dólares, y ahora, que la empresa Luxottica es dueña de esta marca, han pasado a
ser vendidos en por lo menos 129 dólares. Puede que la calidad de los lentes
haya mejorado; pero, de acuerdo con Tim Wu – profesor de la Universidad de
Columbia y experto en monopolios – los beneficios de esta industria son
relativamente obscenos. El costo de producción de estos productos oscilan entre
los 25 y 50 dólares, y el único motivo del incremento en el precio de venta es
el agregado del diseño y la marca.
Futura competencia
Un nuevo jugador ha aparecido en
el tablero: Warby Parker. Si bien el juego ya está muy avanzado y parece complicado
lograr hacerse notar, puede que esto impulse a que otros jugadores aparezcan y
así lograr disminuir el poder que tiene Luxottica de incrementar los precios exageradamente.
Algunas veces los precios de los productos
suben, y la mayoría de las personas se quejan y creen que no tiene sentido que
esto ocurra; sin embargo, está claro para los economistas que en la mayoría de
casos es necesaria esta subida. El mercado de gafas de sol no es uno de estos casos, pues la subida de precios que se está generando es simplemente por querer obtener una mayor ganancia. En un futuro puede que logren disminuir los precios, si llegase a existir suficiente competencia.
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