miércoles, 10 de febrero de 2016

Una compañía invisible

Escribe: Marco Antonio Salinas Morris

Muchos de nosotros hemos jugado, ya sea con nuestras familias o amigos, el clásico juego del monopolio. Este juego, que para muchos es entretenido, ha generado interminables peleas entre los jugadores. Durante el transcurso de la partida, muchos pierden el objetivo principal del juego y se dedican solo a buscar quitarle el dinero al que tiene más; sin embargo, lo que realmente se busca es controlar todas las propiedades del tablero. Si traemos esto a la vida real, se podría asemejar a un mercado controlado por pocas empresas; es decir, el mercado sería un oligopolio. Tal es el caso del mercado de lentes de sol, donde existe una diversa variedad de marcas, pero muy pocas compañías.


Un oligopolio, en términos generales, es una situación de mercado en la cual hay un escaso número de vendedores, de manera que acaparan las ventas de determinados grupos como si fuese un monopolio. Esta es la situación del mercado de gafas de sol. Cuando se va a la playa (sobre todo con el calor infernal que vivimos últimamente), muchos llevan sus gafas de sol para proteger la vista de los rayos ultravioletas; otras personas simplemente las usan porque les gusta tenerlas en todo momento. Marcas como Ray-Ban, Oakley, Chanel, Prada, Ralph Lauren, Dolce & Gabbana, son las preferidas por aquellos fanáticos de las gafas de sol. Sin embargo, lo que pocos conocen es que la compañía Luxottica es dueña de todas estas famosas marcas.

Imaginémonos que una mesa de monopolio es el mercado de gafas de sol. En un primer momento existían cinco jugadores: Luxottica, Safilo, Marchon, Marcolin y Oakley. Las propiedades que se pueden comprar en la mesa son todas las marcas de gafas de sol existentes. Conforme avanza la partida, Luxottica comienza a adueñarse de diferentes propiedades del tablero, haciéndose cada vez más fuerte frente a los demás jugadores. Sin embargo, veía con cuidado a la marca Oakley, pues lo consideraba una potencial competencia. Tanto es así, que en el 2007 utilizaron una estrategia polémica, la cual podría ser considerada como una falta grave para las autoridades monopólicas (el policía que te manda a la cárcel): decidió dejar de exhibir y vender esa marca, ya que además poseen diversos canales de distribución localizados alrededor del mundo. Con esto, lograron ahogar a Oakley hasta llegar al punto no tenía otra opción más que aceptar ser comprado por Luxottica. Es así que ahora solo quedan cuatro jugadores, de los cuales solo uno se hizo tan fuerte que, de acuerdo con la revista Forbes, logra controlar el 80% de las marcas de lujo en el mercado mundial de gafas.

A lo largo de los años, los lentes no han mostrado cambios novedosos a comparación, por ejemplo, del de los televisores; sin embargo, los precios de estos han estado subiendo de una manera inimaginable. Basta resaltar el caso de los lentes Ray-Ban, que en el año 1999 eran vendidos en las gasolineras de Estados Unidos por tan solo 19 dólares, y ahora, que la empresa Luxottica es dueña de esta marca, han pasado a ser vendidos en por lo menos 129 dólares. Puede que la calidad de los lentes haya mejorado; pero, de acuerdo con Tim Wu – profesor de la Universidad de Columbia y experto en monopolios – los beneficios de esta industria son relativamente obscenos. El costo de producción de estos productos oscilan entre los 25 y 50 dólares, y el único motivo del incremento en el precio de venta es el agregado del diseño y la marca.
  
Futura competencia
Un nuevo jugador ha aparecido en el tablero: Warby Parker. Si bien el juego ya está muy avanzado y parece complicado lograr hacerse notar, puede que esto impulse a que otros jugadores aparezcan y así lograr disminuir el poder que tiene Luxottica de incrementar los precios exageradamente.
Algunas veces los precios de los productos suben, y la mayoría de las personas se quejan y creen que no tiene sentido que esto ocurra; sin embargo, está claro para los economistas que en la mayoría de casos es necesaria esta subida. El mercado de gafas de sol no es uno de estos casos, pues la subida de precios que se está generando es simplemente por querer obtener una mayor ganancia. En un futuro puede que logren disminuir los precios, si llegase a existir suficiente competencia.


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