Paul Krugman recibió el Premio Nobel de Economía el 2008 por sus aportes al comercio internacional. Curiosamente, en 1978, escribió un paper sobre comercio interestelar donde prueba dos teoremas que son ciertos pero que no son útiles actualmente pues la tierra no comercia con otro planeta. Muchas veces se dice que los economistas abstraen la teoría observando la realidad, pero en este caso el Nobel cree que la teoría neoclásica es aplicable para toda situación, incluso para el comercio entre planetas.
Debido al inmenso tiempo requerido para el comercio interestelar, todas las decisiones de comerciar van a ser una inversión a largo plazo y para ello se requiere que existan mercados grandes. Quienes están familiarizados con la relatividad espacial saben que el tiempo de dilatación debe ser considerado. Para los que no la conozcan, es suficiente saber que el tiempo a bordo de una nave espacial entre los dos planetas es menor que el tiempo que ha pasado en los planetas. Esto no ocurre debido a algún fallo de con los relojes, sino la naturaleza misma del espacio-tiempo. Por tanto, si una persona viaja desde la Tierra a Marte y luego regresa a la Tierra, tendría menos edad que su hermano gemelo.
El primer teorema sobre comercio interestelar indica que cuando hay comercio entre dos planetas, los costos de transporte deben ser calculados a partir del tiempo que ha pasado en los planetas y no el que ha pasado abordo de la nave espacial, siempre y cuando la persona que lleve los bienes regrese a su planeta de origen. No obstante, en caso decida quedarse en el otro planeta, los costos de transporte serían calculados a partir del tiempo que le tomó viajar en la nave espacial.
El segundo teorema sobre el comercio interestelar señala que las tasas de interés entre planetas va a ser igual debido a la competencia. Esto implicaría que un marciano va a ser indiferente entre poner su dinero en un banco peruano y uno de Marte pues si por ejemplo en la Tierra la tasa de interés es más alta entonces tanto marcianos como humanos preferirán poner su dinero en nuestro planeta y por lo tanto los banqueros de Marte se verán obligados a elevar la tasa de interés hasta que ambas sean iguales. Claramente, en la realidad ni si quiera se observa una igualdad entre las tasas de interés dentro de la tierra porque no es tan fácil poner mi dinero en Perú como en Brasil pero es probable que en el caso del comercio interestelar exista una tendencia a la igualación. Este análisis también se puede aplicar para otro tipo de activos.
El análisis de Krugman asume que en ambos planetas se cumplen las leyes de Newton: ley de la inercia, ley de fuerza y el principio de acción y reacción. Sin duda el paper puede resultar muy gracioso y futurista, pero lo cierto es que sus teoremas son totalmente ciertos desde el punto de vista teórico. No obstante, ¿algún día podremos corroborar si se cumplen en la realidad?
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