Escribe: Gonzalo Vásquez
Una noche cualquiera de fin de semana. Te llega un aviso al celular y sabes que la pizza que pediste ha llegado a tu casa. Abres la puerta y lo que encuentras es nada menos que un pequeño helicóptero no tripulado con tus cajas de pizza. Suavemente las deja caer, para luego retirarse a su base central a continuar con otras entregas. No crean que me adelanto mucho en el tiempo ni que soy un visionario. Dodo Pizza es una cadena rusa que ya empezó a entregar sus pedidos de dicha forma con resultados sorprendentes (abajo les dejo el link para que vean el video promocional). El director de la cadena, Ilya Farafonov, sostuvo que “ya hemos entregado seis pizzas en apenas una hora y media usando drones. Se trata de un verdadero modelo de mercado” (La Nación, 2014). En este artículo no planeo analizar el mercado de pizzas precisamente, sino las implicancias de los drones en diferentes actividades de la vida diaria.
¿Qué es un dron y cuáles son sus usos?
Un dron es un vehículo aéreo no tripulado. En otras palabras, un robot volador. Existen desde la primera guerra mundial, donde eran usados para cuestiones de uso militar, seguimiento y espionaje, o incluso para entrenamiento de operarios de cañones antiaéreos. Sin embargo, su concepto y aplicaciones han variado mucho desde entonces. En la actualidad, los drones se utilizan para logística (llevar carga), investigación y desarrollo, para filmación de películas y entretenimiento en general y para entregar pedidos.
Es en esta última aplicación en la que me quiero enfocar, pues es algo que nos concierne a la mayoría. ¿Estarían de acuerdo con que el cielo se llene de estos robots que entregan cosas? ¿Qué ocurriría con los repartidores tradicionales? No se asusten, el servicio ofrecido no implica eliminar a los repartidores tradicionales, pues ellos todavía están presentes para recibir el dinero de la compra y para controlar a los drones. Cabe mencionar que estos robots son inteligentes, en el sentido que cuentan con GPS, pero no tienen total libertad. Detrás de cada uno hay un usuario que maneja las coordenadas, y que debe encontrarse a cierto ratio de distancia para que pueda funcionar. Los drones, por tanto, tienen todavía un uso limitado.
Amazon, la caja no tan feliz
La reconocida empresa americana Amazon anunció a fines del año pasado que presentaban su nuevo servicio Prime Air, un sistema de delivery que llevaría los paquetes con libros y otros objetos pequeños en 30 minutos a los consumidores. Según la corporación, los drones ya estaban listos para hacer entregas. El problema es que, a pesar de controlar gran parte del mercado de e-commerce del mundo, Amazon no puede controlar el cielo americano. Al menos no todavía. La Administración Federal de Aviación (FAA en inglés) de los EEUU les bajó el dedo pues desde 2007 los drones de uso comercial son ilegales según su reglamento. En la apelación de Amazon, el juez señaló que este reglamento no era válido del todo porque no se había considerado la opinión del público. Por tanto, la FAA se encuentra en proceso de investigación y formulación de un nuevo reglamento para el año 2015. Veremos si las cajas con sonrisa empiezan a ser llevadas por robots.
El Sereno que vuela
En la esquina de las avenidas Salaverry con Sanchez Cerro, en Jesús María, se encontraba un cartel donde se presentaba al “Sereno del Aire”, un dron para funciones de seguridad (sí, aquí en Lima). Increíble pero cierto. Según la municipalidad, este dispositivo de seguridad de aproximadamente un metro de largo forma parte del programa de “Patrullaje Integrado”, y sirve para fotografiar, filmar y trasmitir a la central las 24 horas del día. Se encuentra interconectado con el Serenazgo y la Policía Nacional. Alcanza una altura de 400 metros y se mueve en los límites del distrito. No he tenido la suerte de verlo, pero si se obtienen resultados positivos con el dron, creo que es una opción moderna para que los distritos mejoren en materia de la seguridad. Al menos me parecen más útiles
No todo es color de rosa
Como todo avence tecnológico, los drones tienen sus pros y sus contras. En el aspecto técnico, (además del rango de acción limitado) existen demoras entre las indicaciones del operador y el funcionamiento del dron, así como también se encuentra limitado su uso en condiciones climáticas desfavorables. En cuanto a cuestiones éticas, existen problemas en cuanto a su salida al mercado pues podrían violar la privacidad personal. Muchas personas podrías ser grabadas o fotografiadas de forma ilegal, tanto en espacios públicos como privados teniendo en cuenta las mejoras en resolución de las cámaras actuales. Proyectándonos en el futuro, los aparatos podrían terminar reemplazando al repartidor tradicional o incluso a los filmadores.
Las aplicaciones de los drones y robots en general vienen en aumento. Como en el caso de Amazon, las leyes acerca del uso del aire dentro de un país tendrán que ser reformuladas para poder adaptarse a las nuevas invenciones. Creo que es crucial que estos aparatos no dejen de ser complementos de las personas detrás, y que se cree una legislación por crímenes que puedan cometer los aparatos. Dadas sus aplicaciones militares, podemos afirmar que en este caso la tecnología puede llegar a ser peligrosa.
Pd 1: Porque una imagen vale más que mil palabras, aquí los videos:
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