Los índices bursátiles nacieron como herramientas para sintetizar la información de los mercados financieros y poder seguir su desempeño. En vez de revisar individualmente el precio diario de 500 acciones, un lector de The Wall Street Journal puede observar el gráfico del Standard & Poor’s 500 y obtener un resumen de la jornada en la bolsa. Sin embargo, la creación de nuevos instrumentos de inversión que siguen la trayectoria de los índices le ha brindado a estos un poder adicional: dirigir los mercados.
Entre estos instrumentos se encuentran los Exchange-Traded Funds – mejor conocidos como ETFs. Un ETF es un fondo de inversión diseñado generalmente para seguir el rendimiento de algún índice. Para ello, arma un portafolio de activos que replique los componentes del índice y luego se divide el fondo en “acciones”, que pueden ser transadas en bolsa. Combinar la diversificación que brinda un fondo mutuo con la capacidad de ser negociada como una acción ha vuelto a los ETFs uno de los vehículos de inversión más populares: mientras que en el 2000 manejaban menos de 100 mil millones de dólares, se estima que este año manejen alrededor de 3 billones (trillions, en inglés) de dólares en activos: 15 veces el PBI peruano.
Sube tan rápido como Voz Actual Fuente: The Economist |
Como los ETFs y otros instrumentos de inversión toman como referencia índices, la demanda de nuevos índices ha crecido exponencialmente. Hoy encuentras índices y ETFs para lo que se te ocurra: acciones norteamericana y europeas, de mercados desarrollados y emergentes, de empresas de tecnología e industriales, e incluso peruanas. La pregunta que debemos hacernos es cómo se construye un índice y qué consecuencias tiene.
La mayor parte de índices se construye bajo un promedio ponderado por la capitalización de mercado de las empresas (número de acciones por su precio). En palabras simples, mientras más grande sea una compañía, mayor espacio ocupará dentro del índice. Por lo tanto, cualquier inversionista que decida comprar un instrumento de inversión indexado podría estar adquiriendo, en realidad, una participación mayor en las compañías más grandes o sobrevaloradas y, del mismo modo, una participación menor en empresas pequeñas o subvaloradas. Incluso, algunos analistas aseguran que esto puede generar un circulo vicioso que infle precios, siga sobrevalorando empresas y cree burbujas.
Como propuesta alternativa, han surgido índices que le asignan el mismo valor a cada empresa, lo que puede solucionar el problema anterior. Apple, la empresa más grande del S&P 500, ya no pesaría casi 4% del índice, sino solo 0.2%, reduciendo su influencia para bien y para mal.
¿Qué hubieras hecho si hace 12 años tenías la opción de invertir $ 100’000 en un ETF? ¿Elegirías el que replica el S&P 500 tradicional o el S&P de peso igualitario?
Línea roja: Rendimiento del S&P 500 tradicional
Línea azul: Rendimiento del S&P de peso igualitario
|
Si elegiste la primera opción, a día de hoy tendrías una jugosa rentabilidad de 165% y tu inversión estaría valorizada actualmente en 265 mil dólares. Sin embargo, si elegiste la segunda, tu rentabilidad sería de casi 210%, por lo que con tus 310 mil dólares podrías sentirte Claudio Pizarro por un día y derrocharlo en un lujoso Bentley Continental GT V8.
Bombardero-style |
Otra consecuencia de los índices es que, al tener tantos activos que los toman como referencia, cualquier modificación puede tener un gran impacto. El S&P 500 suele ser reequilibrado, por lo que agrega nuevas empresas periódicamente para compensar la salida de algunas otras del índice. En promedio, para una empresa el solo hecho de empezar a ser incluido en el S&P 500 genera un incremento en el precio de 9%[1] por la demanda de compra que generan todos los fondos indexados al actualizarse a los nuevos componentes. Una salida puede tener un efecto aun más pronunciado.
En esta situación de salida se encuentra no solo una empresa, sino toda la Bolsa de Valores de Lima. Actualmente es parte del MSCI Emerging Markets Index (MSCI EM), el índice líder en mercados emergentes que actúa como referencia para $1.7 billones (trillions, otra vez) en activos globales[2]. Si bien no tenemos el peso de otros miembros como China, India o Brasil, nuestra participación del 0.4% en el MSCI EM representa un monto importante de capitales.
Sin embargo, la permanencia de Perú en el índice está siendo evaluada por la falta de tamaño y liquidez de la bolsa limeña. Si Perú deja de ser incluido en el MSCI EM, las inversiones que lo tengan como referencia ya no tendrán que invertir en Perú, lo que equivaldría a una salida de entre 1500 y 1800 millones de dólares.[3] Esto terminaría por hundir a una bolsa que ha perdido en los últimos 3 años más del 50% de su valor.
Elaboración: Propia |
[1] http://pages.stern.nyu.edu/~jwurgler/papers/4_essay_Wurgler.pdf
[2] http://www.ft.com/intl/cms/s/2/40bb7c10-419f-11e5-9abe-5b335da3a90e.html#axzz3k1cQqo4K
[3] http://semanaeconomica.com/article/finanzas/banca-y-finanzas/167404-bvl-peleando-la-baja-los-efectos-de-pasar-de-mercado-emergente-a-mercado-frontera/
Pd: Si te gustó este artículo, no te olvides de compartirlo y de seguirnos en fb: www.facebook.com/vozactual
Buena cátedra rick! muy interesante. Espero sigas escribiendo sobra la bolsa. #Bombardero-style jajaja
ResponderBorrarGracias Ángel, todo comentario es valorado.
Borrar