Escribe: Camila Orchard
Gustav Klimt |
Para entender mejor a este visitante que había dado por extraviado hace un tiempo decidí buscar mayor información y de pronto el diccionario Océano Practico, mi fiel compañero desde el 2002, me informa que la voz es: 1. El sonido que produce el aire expelido por los pulmones al hacer vibrar las cuerdas vocales, 2. Calidad, timbre o intensidad de este sonido, 3. Fig. Músico que canta, 4. Fig. Facultad de hablar aunque no de votar en una asamblea y 5. Cada una de las líneas melódicas que forman una composición polifónica. Sin embargo, no es esto lo que busco porque esto me dice que la voz es una facultad de todo aquel que pueda emitir sonido y de alguna forma hacerse entender con ello. Bueno, todos los libros que he leído tienen su propia voz y en ningún momento les he escuchado emitir sonido alguno o por lo menos no delante de mí. La importancia de encontrar “la voz” radica en la importancia de encontrarnos tal como somos, únicos, originales, extravagantes, extraños.
Xavier Abril |
Lo que sucede al no encontrarla es simple: nos damos muchas vueltas. Y según mi querido Océano Práctico la vuelta es el “movimiento de una cosa alrededor de un punto, o girando sobre sí misma, hasta invertir su posición primera o hasta recobrarla. Cuando no tienes idea de ti, sigues, giras. Si no te conoces y no aceptas quien eres no vas a poder elegir bien. Es por eso que el mundo se convierte muchas veces en la ruleta rusa. La voz es sencilla, no se refiere a crear revoluciones mundiales y aparecer en calcomanías más adelante, ni en comentar cada hecho histórico o no en las redes sociales, ni siquiera tienes que tomarte el trabajo de decírselo a cada persona que encuentres. Tampoco es que aquello este mal. Es simplemente que la voz te ayuda a dibujar un camino y sin querer crea una de las más grandes revoluciones: el ser tú en un mundo de iguales. “Para mí la vida sigue siendo un continuado film de sueño. El Hollywood del sueño. Esto no deja de ser una felicidad y un dolor.”- Xavier Abril
Gustav Klimt |
No importa si nuestro nombre no está escrito en libros, Facebook o en algún archivo importante histórico. Cuando ya no estemos y las personas vean nuestras fotos sería bueno que nos vean realmente, transparentes. “Cada escritor tiene la cara de su obra”- Julio Ramón Ribeyro. Y por eso la forma en que escribimos nuestra vida necesita una voz propia.
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