En estas elecciones también vamos a elegir cinco representantes ante el Parlamento Andino (PA). Un resumen de cómo funciona el PA se viene en este último artículo de VA. Ciertamente, muchos de nosotros por primera vez vamos a votar, y si bien ya estamos definiendo nuestro candydato presidencial y a nuestros congresistas, al menos yo no tenía la menor idea qué era el PA, para qué sirve, cuánto nos cuesta, y, en fin, por qué tenemos que elegir a cinco parlamentarios andinos. Ante ello, me puse a investigar y la conclusión general es que el PA está chilleando y no resulta ser muy útil a opinión no solo de los medios peruanos. ¡Que no te lo cuenten!
Ahora que ya sabemos bien la diferencia entre votos válidos y votos emitidos gracias a la ayuda del equipo de VA, una clara muestra de que los peruanos no prestamos mayor importancia (¿por algo será, no?) al PA es que en el 2011 el 26% de los votos al PA fueron blancos y 13.2% nulos. Es decir, aproximadamente el 40% de peruanos NO EXPRESÓ PREFERENCIAS POR CANDIDATOS AL PARLAMENTO ANDINO. Ante esta verdad, me atrevería a decir que un buen porcentaje del 60% restante votó por algún partido solo por afinidad al candidato presidencial. Por ejemplo, en el 2011 el candidato con mayor número de votos preferenciales (en una elección nacional donde no importa el departamento) fue Luis Adrianzen de Gana Perú, con 378,226 votos, por debajo del candidato al Congreso más votado por Lima, Kenji Fujimori de Fuerza Popular, que tuvo 381 049 votos (quien tuvo que competir con muchos más candidatos y solo podía recibir los votos de Lima). ¿Fuerte, no?
Para mí, lo que no entrega poder no es llamativo ni para el elector, ni para los candidatos ni para la prensa. Es por ello que el PA es paseado olímpicamente. El Parlamento Andino, según su portal institucional y los documentos de transparencia que emite, cumple funciones para “promover”, “impulsar”, “coordinar” o “sugerir” actos en búsqueda de “la promoción y orientación del proceso de la integración subregional andina, con miras a la consolidación de la integración latinoamericana”. Y, claro, no es que la promoción de la integración andina no sea un objetivo deseable, pero la lógica del funcionamiento del parlamento hace que no tenga funciones legislativas (no toma decisiones) sino solo recomienda acciones, con lo complicado que podría resultar convencer a los congresos de cinco países a tomar decisiones en común. Aun así, los parlamentarios andinos ganan sueldo de congresista, y cuentan con secretarias, asistentes y todo el equipo necesario para su trabajo.
Sin hacer un análisis profundo del proceso de integración latinoamericana, tampoco creo que resulte buena la idea de que un Parlamento tenga poder de decisión, más aún cuando las políticas de los estados de Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Perú pueden y están yendo en direcciones no tan comunes. Así, ciertamente la elección de nuestros parlamentarios andinos no es de vital importancia en estas elecciones, lo que hace un llamado a la revisión de los mecanismos de integración de Latinoamérica para evaluar si es necesario pagar mes a mes salarios a cinco parlamentarios andinos con tan poco poder de decisión y tan poca capacidad de impactar en la agenda política de los países miembros. ¿Alguno ha escuchado hablar de alguna iniciativa del PA en estos diez años que tenemos poder de decisión?... yo no.
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