Escribe: Youssef Abi-Fadel
Para los fanáticos como yo esta semana de octubre ha sido esperada casi como una experiencia religiosa (como la canción de Enrique Iglesias) porque el domingo se estrenó el primer capítulo de la quinta temporada de The Walking Dead y todos esperamos lo que harán Rick, Daryl, Michonne (amor platónico de varios en Voz Actual) y compañía para escapar de Terminus y continuar el festival gore con zombies, rednecks y espadas como protagonistas. Lamentablemente esta semana ha coincidido con la ya evidente situación de epidemia del virus del Ébola en el oeste de África, además de presentarse los primeros casos fuera de este continente en España y EE.UU.… y claro, el escándalo y pánico generalizado en Lima por un caso sospechoso que ya se había hecho despistes de esta enfermedad en China y Japón antes de llegar a las costas nacionales y al cual se le dio el alta sin atender su preocupante situación. Antes de que este virus se convierta en un apocalipsis al estilo de TWD (o cualquier película de zombies de tu gusto) es claro que es necesario determinar los protocolos debidos para detener la propagación de este virus y atender el foco infeccioso del cual ha salido, ¿o es que como en la serie no sabremos aun el origen del caos?
La enfermedad que produce el virus del ébola es una infección aguda que, de acuerdo con la OMS, “se suele caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas” (honores para mis sacrificados amigos médicos). El periodo de incubación del virus toma entre 2 y 21 días y puede propagarse por el contacto con cualquier secreción corporal, inclusive el sudor, lo cual lo hace altamente contagioso y una alerta máxima para las autoridades sanitarias de todo el mundo, mas aun cuando se considera una tasa de letalidad que puede fluctuar entre el 50% y 90% (hoy 70% en los países afectados). El ébola tuvo su primer brote en 1976 en Sudán y Zaire, registrando 602 casos y 431 muertes.
Desde entonces los brotes nunca habían superado los 300 infectados (el ultimo gran caso se había registrado en la Republica Democrática de Congo en 2007 con 264 casos y una letalidad del 71%). Esto nos trae al brote actual, el más grande en la historia y el que ha puesto a este virus en la lupa. El actual brote se inició silenciosamente en Guinea Conakry y se expandió hacia Sierra Leona, Liberia y Nigeria (único país en el que el férreo control de circulación de personas permitió controlar la epidemia), pero ya ha contagiado a mas de 7,000 personas y más de 4000 han muerto, es más, la OMS estima que para el diciembre se infectarían alrededor de 10,000 personas semanalmente. Por qué en África se preguntará mi querid@ lector@, esto se debe a que el huésped natural del virus es el murciélago frugívoro que habita en esta región del África occidental y también por los rasgos culturales, tradiciones y costumbres, de las poblaciones de estos lares, ritos que incluyen el contacto directo con el fallecido y su tumba, el cuidado de los enfermos por los miembros de la familia en las áreas rurales que los exponen al virus. Si a todo ello añadimos la situación precaria de salubridad, servicios básicos no cubiertos y densidad poblacional, se verá un caldo de cultivo idóneo.
Ahora bien, como vivimos en un mundo cada vez más globalizado, se ha hecho más fácil que una epidemia como esta se pueda propagar a un ritmo muy acelerado. Tal es así que hace una semana se registró en España a la primera infectada fuera de África, una enfermera que había tratado a misioneros de la misma nacionalidad en Guinea Conakry, pero contrajo la enfermedad ¡por no saber cómo quitarse la ropa de protección! En EE.UU. la cuestión es aun más extraña; Thomas Eric Duncan había llegado de un viaje a su tierra Liberia y había ido al Presbyterian Hospital de Dallas presentando una fiebre alta y malestar general, a lo cual se le diagnosticó sinusitis y se le dio el alta. Duncan regresó y solo luego de insistir en su reciente estancia en Liberia fue realizada la prueba de que tenia ébola. Murió el 8 de octubre, 6 días luego del desacertado trato, señalado por sus familiares como resultado de no contar con los recursos para pagar un tratamiento inmediato. Pero lo peor fue que quedó al desnudo en una superpotencia como EE.UU. que el hospital de Dallas, en Texas, no tenía un protocolo de ébola, más de 70 personas estuvieron expuestas a los desechos del paciente (no preciso cuales, me da cierto asco) y ya hoy se registra un segundo contagio por una enfermera del mismo Presbyterian.
“Alucina que… en Perú es casi lo mismo que en USA, literal!” dirá el mas pulpín de los alienados (?). Pero es que lamentablemente nuestro país, como otros en Sudamérica, carece de un verdadero plan de contingencia de epidemias, no por gusto se desató la tuberculosis cuando se creía una enfermedad del pasado. Si en el Sabogal te cortan la pierna por error, mucha confianza no me da el sistema nacional de salud.
Colombia ha restringido el acceso de a su territorio de viajeros que provengan de los países africanos afectados, ¿es esto suficiente? Francia tiene quizás el sistema de salud más estructurado y solido del mundo ¿acaso el anti-virus está plenamente desarrollado? La humanidad definitivamente enfrenta un reto y en mi opinión también carga con la responsabilidad de condenar al continente africano a la miseria y violencia, dejando morir a las personas como moscas. Ayer vi un video de entrevistas a personas en el Jirón de la Unión y nadie sabía del virus ni cómo prevenirlo… si este fuera el universo de The Walking Dead ya seriamos walkers hace rato.
Pd: Si te gustó este artículo, síguenos en fb: www.facebook.com/vozactual
Pd: Si te gustó este artículo, síguenos en fb: www.facebook.com/vozactual
No hay comentarios.:
Publicar un comentario