domingo, 19 de octubre de 2014

Una elección para el olvido: narcoelectos y golondrinos

Escribe: Fernando Mundaca

Hace dos semanas, el domingo 5 de octubre del 2014, se realizaron las Elecciones Municipales y Regionales 2014 en nuestro país y muchos pensamos que los resultados han sido realmente decepcionantes. No vamos a escribir un artículo al estilo ‘Alditus’ renegando que el Perú se va a ir al diablo porque ganaron los “rojos” en Cajamarca y en Cuzco, pero sí vamos a hacer una crítica reflexiva de lo ocurrido. Hay 2 problemas principales de los que nos gustaría hablar: 1) la gran cantidad de candidatos con procesos judiciales y 2) la violencia ocasionada por presuntas irregularidades en el proceso electoral.




La elección de los convictos
La semana siguiente a las elecciones estuvo circulando por las redes sociales y algunos diarios locales una fotografía de un artículo del Tampa Bay Times de Estados Unidos en el cual se hace referencia a las pésimas opciones entre las que tuvimos que elegir los peruanos en estas elecciones:


En este pequeño artículo se hace alusión a la violencia generada por estas elecciones, al hecho que hubo varios candidatos ligados a temas de narcotráfico y más de 1300 convictos por distintos crímenes que van desde violación hasta corrupción. Creo que cuando un periódico extranjero publica un artículo llamado “¿Crees que nuestros candidatos son malos?” y hace referencia a lo mucho peor que es esta situación en el Perú, es la hora de reflexionar y hacer algunos cambios, ¿no?


Para profundizar un poco las cifras presentadas en este pequeño artículo, el ministro Urresti presentó antes de las elecciones una lista de 124 candidatos que estarían vinculados al narcotráfico. De estos, fueron elegidos dos presidentes regionales, dos otros candidatos que van a segunda vuelta, cuatro alcaldes provinciales y 9 distritales. Además, Transparencia indicó que había 1395 candidatos sentenciados a condenas penales y civiles. El caso más emblemático seguramente es el de Gregorio Santos, presidente regional reelecto que está actualmente en prisión por presuntos actos de corrupción. Una verdadera vergüenza. ¿Debería el JNE restringir la postulación de ciudadanos condenados por algún delito? ¿o debería dejarnos a nosotros ciudadanos responsables que tenemos siempre un voto informado (?) la elección de tales autoridades? Creo que la reforma de la Ley Orgánica de Elecciones es un poco evidente.

Aquí Santos celebrando la victoria en las elecciones (?)
Otro problema que se deriva de aquí es el financiamiento de las campañas. Se ha reiterado en muchas ocasiones que las cuantiosas campañas que llevan algunos candidatos podrían ser financiadas con dinero proveniente del narcotráfico. Es así que la ONPE ha presentado el informe de gastos de la campaña última y ha reportado que solo el 19% de las organizaciones han presentado el informe financiero de campaña. Es por eso que este organismo está pidiendo una reforma en la Ley de Partidos para que se pueda sancionar efectivamente a aquellas agrupaciones que no cumplan con las normas establecidas.

Una elección manchada por la violencia
Estas elecciones han sido consideradas las más violentas desde las presidenciales del 2000 (cuando estábamos todavía viviendo en una dictadura) lo cual no parece ser algo de lo que debamos estar muy orgullosos. En estas elecciones se reportaron 95 incidentes con 9 heridos y 3 muertos en todo el Perú. Estos incidentes incluyeron la toma de locales de votación, destrucción o quema de material electoral, amenaza al personal de la ONPE, bloqueo de carreteras, entre otros. 

Hasta #enelSanIsidrodeMadeleine habrían golondrinos
En Lima se siguió de cerca la elección del alcalde de San Isidro, donde el resultado a boca de urna de IPSOS dio como ganadora a Madeleine Osterling de Fuerza Popular con algunos puntos de ventaja sobre Manuel Velarde (el candidato “entre ceja y ceja”) del PPC. Sin embargo, a la hora del conteo rápido y de los resultados oficiales, el ganador fue Velarde. En este caso, como en muchos otros en todo el país, se acusó la presencia de “votos golondrinos". Estos “votos golondrinos” consisten en votantes de otros distritos que se “mudan” al distrito en cuestión solo para votar por un candidato específico. Finalmente la denuncia presentada por Fuerza Popular fue desestimada por el JNE.

Otro caso más grave ocurrió en San Martín de Porres, donde Roberto Mattos de Siempre Unidos le había sacado una ventaja considerable en el boca de urna al alcalde Freddy Ternero de Solidaridad Nacional. Cuando se anunció que en el conteo rápido que Ternero estaba por encima, se corrieron rápidamente las voces de un fraude, a tal punto que algunos vecinos del distrito en mención agredieron al personal del ONPE que llevaban las actas para ser contabilizadas. Finalmente, el conteo oficial dio como ganador a Mattos pero por un estrecho margen. Si supuestamente las elecciones son seguidas por organismos internacionales para verificar su transparencia, ¿cómo es esto posible?

Alfredo Torres (?) dando su apreciación de las elecciones
Alfredo Torres, presidente ejecutivo de IPSOS Perú, ya conocido por todos nosotros al ser la cara de una de las encuestadoras más prestigiosas del país, explicó por qué puede haber tanta diferencia entre los resultados del boca de urna y los resultados oficiales. Para él, es muy poco probable un fraude masivo dado que necesitaría la complicidad de los miembros de mesa y de los personeros para cambiar los votos. Según él, esta diferencia se daría por la disposición de los encuestados de mostrar verdaderamente por quién han votado ya sea por vergüenza o algún otro motivo. 


Para concluir, en este artículo se han mencionado dos problemas que no son más que la punta de un gigantesco iceberg. Es necesario –como se ha mencionado anteriormente— la intervención del Congreso para reformar la Ley de Partidos, así como una adecuada revisión de la Ley Orgánica de Elecciones para poder solucionar estos problemas. Ya es hora de dejar de votar por el mal menor.


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