Escribe: Anónimo
Las relaciones amorosas existen en un espacio en el cual los recursos son escasos: dinero, tiempo, humor, etc. Como sabemos, la economía tiene mucho que decir sobre cómo funciona un mundo donde los agentes tienen que tomar las mejores decisiones posibles con recursos limitados. Aquí les presentamos una pequeña lista de aportes de la economía al amor.
1) No la vas a tener fácil: el mercado de citas está plagado de información asimétrica
Durante mucho tiempo los economistas han tratado de lidiar con los problemas de información asimétrica que se dan cuando alguna de las partes tiene más información que la otra. En el caso del amor, siempre existe el problema de que tienes más información acerca de ti que la que tiene la persona con la que sales (se supone que te conoces mejor que nadie #ceterisparibustucantidaddealcohol).
Este problema es conocido en la literatura como el problema de los “limones” y fue estudiado por el premio Nobel George Akerlof. En particular, en este tipo de mercados aparecen dos tipos de agentes: los buenos y los malos. El problema surge porque todo el mundo se va a presentar como bueno. Pero no solo eso, sino que cuando los tipos buenos tengan una agradable cita probablemente salgan del mercado de citas, con lo cual la probabilidad de encontrar un tipo bueno va a ser menor debido a que ahora hay menos tipos buenos disponibles.
Lamentablemente la solución aquí no es tan fácil pero hay luces de que la reputación puede ayudar bastante. Matsuda y Yamagishi (2002) utilizaron un sistema reputacional de los traders para resolver este problema. En el caso del mercado del amor es difícil establecer un sistema reputacional confiable y creíble que pueda ayudar a discernir mejor a los buenos agentes de los malos.
¿Cómo podrías diferenciarte del mal agente, del que solo quiere pasar el rato pero que no la quiere en serio? #Momentofeeling. Una de las formas que se usa en los mercados laborales es la famosa señalización. A través del currículo y las referencias demuestras que eres de los buenos agentes. Pero esto no ha sido gratis; has tenido que esforzarte para conseguirlo. En particular estás demostrando con hechos concretos que no eres el tipo equivocado.
En el caso del amor es parecido, lo que necesitas hacer si realmente te importa alguien, es demostrarlo. Pero lamentablemente para hacerlo los poemitas o las cancioncitas de amor no bastan porque eso también lo puede hacer alguien que solo quiere pasar el rato. ¿Pero entonces cómo diferenciarte? La única forma de hacerlo es esperando. El bad boy no va a estar dispuesto a esperar tanto como un buen chico. Así que caballero no más, a esperar y seguir intentando. Tal vez, y en una de esas, un ‘no’ se convierta un ‘quizás’ y un ‘quizás’ en un ‘sí’, Dicen que a la tercera es la vencida, tal vez a la cuarta, o a la quinta...
3) El "timing" es importante pero no asegura nada
Actualmente China es el principal productor de botones y lo ha sido desde el siglo pasado. Pero no es China, sino Vietnam, el país con el mayor potencial a nivel internacional en la producción de ese bien.
Sin embargo, por razones históricas China empezó a acumular experiencia en el sector mucho antes que Vietnam y este hecho le permitió tener el liderazgo en el sector. No fue porque sea el más eficiente potencialmente sino que una razón histórica le permitió desarrollarse primero y sacar ventaja.
Este tema ha sido bastante estudiado por Paul Krugman quien señala que la literatura ha demostrado que existen ciertas razones predeterminan ciertos resultados.
Lo mismo pasa en el amor: existen razones históricas o circunstancias que predeterminan de quienes te vas a enamorar. Y probablemente te hayas enamorado primero de ciertas personas por este motivo y no porque potencialmente hagan una excelente pareja (eficiencia). Por ello, el hecho de que alguien haya llegado antes no asegura que sea un mejor emparejamiento del que podría venir.
Desde chiquitos a los economistas les enseñan con el típico ejemplo de los restaurantes que lo que importan son los costos de oportunidad y no los costos hundidos. Imagínate que acabas de abrir un restaurante y que has invertido en el local, compraste platos, mesas y otros. Pero lamentablemente te das cuenta de que a los consumidores no les gusta tu comida: ¿en qué momento cierras el restaurante? Para tomar una decisión al respecto lo que debes hacer es considerar tu costo de oportunidad, cuál es la mejor opción alternativa disponible.
En este momento ya no importan los costos hundidos como la compra del local o de los muebles sino que vas a tener que ver si sigues operando en base a los costos no hundidos como el pago de los mozos o de la luz. Si estos costos superan a los beneficios que trae el seguir operando entonces deberías salir del mercado e irte a chillear.
Por más que suene crudo, en el amor deberíamos actuar así. Como dice Nicolson “No debes detenerte pensando en los grandes momentos que has tenido con alguien al momento de decidir si vas a continuar una relación. Tienes que pensar en cuántas cosas buenas están por venir, o si podrías estar mejor en otro lugar”. Duele, pero esto es ser racional.
Descontar el futuro refleja cómo las personas valoran el presente respecto al futuro. Hay quienes son más pacientes y esperarían más. Pero también hay quienes descuentan hiperbólicamente y que prefieren recibir $ 5 ahora que $ 100 en un mes. Esto muestra el caso en el que la gente valora la inmediatez del tiempo, a pesar de que en un futuro puede recibir un mayor valor.
La filosofía YOLO puede encajar en este tipo de descuento. El problema con esto es que puede que solo estés priorizando el hoy y en una relación también importa el mañana. Dale tiempo al tiempo campeón.
Probablemente la economía sí tenga elementos para aportar a un área tan importante como la ciencia del amor. Pero lo cierto es que hay preguntas que quisiéramos resolver como ¿Me voy enamorando?
Por más que tratemos tal vez ninguna ciencia podrá ayudarnos. Si cupido supiera de economía...
“¿Sabe que usted es culpable de una de las crisis más importantes de mi vida? No quiero andar con rodeos; creo que me estoy enamorando de usted. No tengo prisa; pero, me embarga esa necesidad de verla pronto, ¿viene o voy?”
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