Escribe: Santiago Paz
PPK es el nuevo presidente del Perú. Se vienen cinco años que no serán fáciles y el Ejecutivo deberá lidiar con una oposición fujimorista que también quiere usar su poder desde el Legislativo: será un enfrentamiento particular. En este contexto, un punto difícil de comentar – y que muchas veces resulta malentendido o subvaluado – es el tema de liderazgo. No obstante, dado el panorama actual, es indispensable analizarlo.
Nadie pone en duda las habilidades técnicas de PPK ni de la mayoría de los miembros de su Gabinete; pero se requerirá “algo más” para que lleguemos al bicentenario con un país reconciliado y con un camino más claro rumbo al ansiado desarrollo. ¿Cuál es este plus que se necesita?
PPK y el reto de liderar al país |
El discurso presidencial de PPK mostraba bien sus anhelos para el Perú y la agenda a seguir. Mencionaba, desde el inicio, el deseo de una revolución social, en búsqueda de un país moderno, justo, equitativo y solidario. Al escucharlo así, podríamos pensar que este objetivo es similar al que buscaba Humala en su momento, guardando las diferencias. Ahora bien, ¿PPK cuenta con una mayor capacidad para lograr consensos, conseguir aliados y realizar un trabajo político, más allá de la parte técnica que sí domina? A Humala le costó caro su falta de liderazgo en temas como seguridad ciudadana, conflictos sociales, y también dentro de su propio partido. Al menos esto último PPK ya lo experimentó en segunda vuelta. Sin embargo, pasadas las elecciones, el optimismo volvió y esperamos tener cinco años de progreso. Pero entonces, ¿qué liderazgo necesitamos?
Mantendremos el rumbo al ritmo de baile de PPK (?) |
Uno de los planteamientos al respecto que más llama mi atención, y que me gustaría compartir, es el planteado por Chris Lowney en “El liderazgo al estilo de los jesuitas”. La propuesta considera cuatro pilares necesarios para liderar con éxito: autoconocimiento, ingenio, amor y heroísmo. Además, considera que todos lideramos todo el tiempo, ya sea bien o mal, en base a los valores que tenemos. De hecho, este planteamiento se puede contextualizar a diversas situaciones, aplicadas en distintos momentos o roles asumidos.
A continuación, se presentan para la realidad política en nuestro país, pero se puede hacer el ejercicio y aplicarlo a otros ámbitos, o para cada uno de nosotros.
- Autoconocimiento: conocer puntos débiles y fuertes. PPK, y en general el Gobierno entrante, carga con una imagen empresarial y le cuesta construir confianza y cercanía con la población. El perfil técnico es algo importante, pero no garantiza el respaldo popular. Entonces se debe trabajar especialmente esto para evitar malestares o conflictos.
- Ingenio o creatividad: se necesita acomodarse al entorno difícil. Se deberá negociar con una mayoritaria bancada fujimorista y mantener una buena estrategia durante los cinco años. El entorno económico también será desafiante y será todo un reto sacar adelante una propuesta como la de reducir el IGV. El grupo de técnicos, muchos brillantes pero con poca experiencia de campo, deberán ajustarse a la siempre complicada realidad nacional y tomar decisiones ingeniosas.
- Amor: en vez de egoísmo o poder. En el sector público es fundamental la vocación de servicio, orientado siempre al otro. El acercamiento a los sectores excluidos o marginados deberá ser con amor (entendiéndose como una sensibilidad especial, capacidad de escuchar y entender realidades distintas) y no solo como objeto de estudio o meramente para asistirlos. Hay que ser cuidadosos al respecto.
- Heroísmo: motivación por superarse y buscar la excelencia. Definitivamente el próximo Gobierno tendrá altibajos, como cualquiera. En los momentos difíciles es cuando más se requiere un liderazgo fuerte que siga luchando. La primera crisis que enfrente el próximo Gobierno puede ser pronto y allí se podrá visualizar mejor su capacidad de reacción y liderazgo.
¿Tú has pensado cómo podrías
aplicar estos cuatro pilares para liderar también en tu entorno?
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