Escribe: Diana Vásquez
Ups! |
Background
La economía China se ha desacelerado en los últimos años. En
el 2007, su PBI alcanzó un pico de crecimiento en 14.2%, mientras que el año
pasado llegó tan solo a 7.4%, cifra que no logró alcanzar el 7.5%, crecimiento
proyectado por el PBOC (siglas en inglés del Banco Popular de China). De acuerdo con Tom Orlik y Fielding Chen, esto
no es más que es un reflejo del debilitamiento de la demanda global, la caída
de los retornos de la inversión y el fracaso del consumo en tomar el relevo que
deja la desaceleración de la inversión.
Según High Frequency Economics, en los últimos nueve meses,
900 mil millones de dólares han salido del gigante asiático, lo cual implica
una importante fuga de capitales que el gobierno está interesado en amortizar,
de cierta manera. El PBI chino creció en 7% en los primeros tres meses del año
respecto al año anterior (más bajo desde 2009) y la producción industrial de
marzo del presente año creció a la tasa más baja desde noviembre de 2008.
Además, las reservas de divisas se redujeron de modo que alcanzaron un nuevo
record el último trimestre, lo cual motivó especulaciones de que el PBOC podría
vender posiciones para sostener el yuan dado que están saliendo de capitales
del país.
Por otro lado, el gobierno está buscando reformar la
economía y abandonar el crecimiento generado por inversiones ineficientes y
contaminantes financiadas con deudas, especialmente, en las regiones del
interior del país. Sin embargo, han sido precisamente estas las que impulsaron
su crecimiento en los últimos años. De hecho, desarrollar un mercado de bonos
gubernamentales locales transparente es una de las reformas más importantes del
Premier Li Keqiang, dentro del marco de una reducción del apalancamiento en una
economía altamente dependiente de los flujos de inversión.
Las dos caras de la moneda |
Medidas del PBOC
En términos generales, el gobierno chino ha mantenido una
postura que demuestra intenciones de reformar la economía en todos sus aspectos
para lidiar de forma efectiva con el entorno internacional. En el 2014, el PBOC
lanzó un conjunto de herramientas de política monetaria que utilizaría para
reformar e inyectar liquidez al sistema financiero con el fin de contribuir al
crecimiento de la economía. Tom Orlik y Fielding Chen lo resumieron en la
siguiente tabla (le pueden hacer zoom al hacer click sobre la imagen):
Junto con los requerimientos de encaje de depósitos de los
bancos, el establecimiento de benchmarks
para tasas activas y las operaciones de mercado monetario, el PBOC ahora tiene
herramientas más focalizadas como el Programa de Préstamos Suplementarios
(PSL por sus siglas en inglés).
A mediados de este mes, el PBOC redujo el encaje de depósitos
bancarios en 1%, la segunda reducción del año, con lo cual el nivel se ubica en
18.5%, aún alto considerando los estándares internacionales. Esta política
permitirá a los bancos aumentar los préstamos en aproximadamente 194 mil
millones de dólares. Asimismo, la reducción que se hizo para los bancos rurales
fue aún mayor, de 1% adicional. Se supone que esta tiene como objetivo motivar
el crecimiento de las zonas rurales del país en un intento por fortalecer los
sectores que no están orientados a la exportación de bienes cuya producción es
intensiva en mano de obra.
Por otro lado, ya en julio del año pasado el PBOC emitió un
préstamo de tres años al China Development Bank (el mayor prestamista del país
para la construcción de viviendas de bajo costo) a una tasa de 1% menor que la
del mercado, en un esfuerzo por reducir sus costos de prestar dinero, en el
fondo, para contribuir con la optimización de su estructura de préstamos. En
este mes, el PSL se usó para recapitalizar el China Development Bank con 32 mil
millones de dólares y el Export-Import Bank of China con 30 mil millones de
dólares, según Caixin. Con esta movida, el PBOC se constituye como el segundo
tenedor de acciones más grande del China Development Bank y el más grande del
Export-Import Bank of China.
El PSL se estaría expandiendo para que los bancos chinos
puedan comprar bonos de entidades locales, lo cual generaría incentivos para
que los municipios dejen de prestarse de sus propios balances. Esto desviaría
el crecimiento desproporcional que han tenido sus pasivos en los últimos años
(2.6 billones de dólares en pasivos, un salto de 47% con respecto a junio de
2013) y brindaría un apoyo al Ministerio de Finanzas en expandir el mercado de
bonos municipales (mediante un programa que piensa convertir 162,500 millones
de dólares en notas municipales) y en hacer más transparente el mercado de
préstamos para las provincias y ciudades del país.
Este último tipo de herramientas orientadas a aumentar la
base de préstamos de los bancos de fomento es visto como un estímulo más fuerte
que la disminución en 1% del encaje bancario. Sin embargo, como es tan
focalizado, sus efectos son claramente limitados.
Impacto y relevancia
El verdadero efecto y la pertinencia de las medidas del PBOC
son ampliamente cuestionadas por numerosos expertos debido al alcance de las
políticas y a su enfoque. En China el shadow
banking, lejos de ser una piedrita en el zapato, es un problema inminente.
Las tasas de interés pasivas al rededor del 3% (menores que la inflación
objetivo) junto con la incapacidad de al menos 90% de las pequeñas empresas
para acceder a préstamos bancarios han estimulado el sector del shadow banking. Se estima que está
conformado por unos 6 billones de dólares, equivalentes al 69% de la economía. Y
lo más preocupante en cuanto a este es que es tan frágil y poderoso como el
sector bancario efectivamente regulado y eleva el riesgo de todo el sistema
financiero, debido a que el gobierno no posee los mecanismos para intervenir
directamente si es que es necesario y porque dificulta el control de la
economía mediante movimientos de tasas de interés o cambios en la oferta de
dinero.
Adicionalmente, en cuanto a la efectividad de la reducción
del encaje, este sería muy útil si es que el problema subyacente del mercado
proviniera de la oferta de créditos. Sin embargo, el problema de los bancos
para “prestar” proviene más que nada de la fuga de capitales y los intentos de
estimular la oferta crediticia mediante la reducción del encaje, para algunos
expertos, sirve solo para amortiguar sus efectos.
Por otro lado, Tom
Orlik y Fielding Chen sugieren que facilitar el crédito a los hogares puede
reducir la necesidad de destinar recursos a ahorro “preventivo” (educación,
salud, etc.), así como corregir la oferta de bienes y servicios; lo cual
corregiría y estimularía el crecimiento económico dadas las circunstancias de
la inversión extranjera. Este último punto hace referencia al exceso de
capacidad industrial y de propiedades de lujo que existe en China, que con un
sector de consumo más dinámico podría corregirse de modo que se establezcan las
verdaderas empresas eficientes que debe seguir en el mercado. Es justamente el
sector socioeconómico de ingresos medios el que carga con el ahorro preventivo
más alto. Así, facilitando el acceso al crédito de este sector, el sistema
financiero chino podría beneficiarse más del cambio de preferencias
ahorro-consumo y de la liberalización de fondos para consumo.
¡Calibrando! |
¿Entonces?
Solo las políticas adecuadas tendrán efectos positivos y sostenidos sobre el gigante asiático. Quizás la idea de hacer reformas estructurales en la economía y tratar de recuperar un crecimiento de al menos cercano a las dos cifras parezca una buena idea. Pero, definitivamente en un país en el que el regulador carece de alcance suficiente en el sistema financiero y donde el consumo anda de capa caída, la demanda interna no se reactivará lo suficiente como para lograr el segundo objetivo. No obstante, el tiempo dirá cómo va evolucionando este paciente tan complicado.
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