Elecciones en Argentina ¿El fin de una era?

Escribe: Eduardo Dibos 

Argentina no es solo la tierra de Lionel Messi, las carnes o los terribles comentaristas de Fox Sports, es también la sede de una reñidísima contienda electoral que podría cambiar el curso de ese país para siempre. Daniel Scioli, heredero del kirchnerismo y Mauricio Macri, ex alcalde de Buenos Aires y partidario del cambio serán quienes se enfrentarán en una segunda vuelta con pronóstico reservado.

Para introducidos en el contexto de la elección, es necesario saber que los Kirchner han gobernado Argentina por los últimos doce años, primero fue Nestor Kirchner y luego este fue sucedido por su esposa y actual presidenta Cristina Fernández. Esta pareja de gobernantes propulsó diversas medidas económicas que favorecieron su popularidad pero que a largo plazo hicieron que la inflación, que ahora se sitúa en 25%, y la misma población paguen los platos rotos. Controles de cambio de divisas, restricciones al libre comercio, altos subsidios y “salarios de bienestar” al 70% de la población son solo algunas de las medidas que lograron debilitar la productividad del país. Ni siquiera Christine Lagarde y Jim Yong Kim, lideres del FMI y Banco Mundial respectivamente, quienes visitaron nuestro país recientemente, han mostrado mayores deseos en socorrer a la alicaída economía argentina mientras las medidas mencionadas sigan en marcha. Es un hecho que los días de los Kirchner en la Casa Rosada están contados, pero a la vez emerge una pregunta: ¿qué tanta continuidad tendrán las políticas impuestas por la pareja en la economía argentina?

Por un lado tenemos a Daniel Scioli del partido de Kirchner, quien se posicionaba como gran favorito para ganar las elecciones primarias ante Macri por un largo margen. Si bien Scioli se alzó con la victoria lo hizo con un inesperado margen de tan solo 3%, distando mucho de lo que indicaban las encuestas previas a la elección. Scioli es partidario de las medidas económicas propulsadas por los Kirchner en los últimos años. Si bien ha propuesto algunos cambios, su discurso se basa en que no hace falta un ajuste fiscal, la mega-devaluación de la moneda ni el retiro del gobierno de las actividades económicas. Por otro lado Macri, defensor del libre mercado cree en que un cambio en la política económica al igual que la gradual eliminación de las medidas de los Kirchner son las medidas necesarias para reducir la inflación y recuperar la productividad argentina. Como prueba de un posible cambio de rumbo económico, al día siguiente de las elecciones primarias los indices de la bolsa de Buenos Aires subieron en un 4.4% creando esperanza entre inversionistas locales y extranjeros.

Macri fue presidente de Boca Juniors. ¿Será buen augurio que Carlitos y compañía hayan salido campeones?

Es muy temprano aún para prever algún ganador en esta carrera por la presidencia. Scioli se encuentra asediado por el fantasma de Cristina Fernandez, quien inclusive ha logrado opacarlo en los últimos mítines del Frente para la Victoria, el partido del que forman parte. Lo mejor para Scioli en estos momentos sería encontrar una estrategia que lo distancie de Fernández sin dejar de lado las convicciones que los unen. Todo esto tomando en cuenta que el 40% de la población desea un cambio de rumbo urgente y que muchos otros consideran que Fernández sería la que gobernaría en caso sea elegido presidente. Por su lado, Macri debe probar a la ciudadanía su compromiso político y público con el país ante la imagen de capitalista y pro-empresa que le atribuyen sus rivales. De acuerdo con Joaquín Morales Solá, columnista de el diario La Nación, cualquiera que sea elegido tendrá un problema de gobernabilidad. Es es debido a la mayoría que tendría Macri en el congreso y Scioli en el senado, lo cual imposibilitaría medidas que generen mayores cambios. Lo que es cierto es que quien sea que gobierne debe devolverle la competitividad a las industrias argentinas e incentivar la mayor producción posible para que el crecimiento económico vuelva a ser una constante. Desde Voz Actual le deseamos la mayor de las suertes a los argentinos en su elección y confiamos en que no tendrán que encomendarse a Dios para decidir al mejor ya que, para suerte de ellos, el papa es argentino.


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