Escribe: Santiago Paz
Valen un Perú |
El último martes asistí al Foro sobre el Proyecto de la Política Nacional del Deporte, evento liderado por el IPD, en el cual se presentó dicho proyecto y se recogieron opiniones de diversas personas ligadas al sistema deportivo nacional (presidentes de federaciones, alcaldes, deportistas, periodistas…). Una primera idea me pareció interesante: se han gastado muchos recursos en la promoción del deporte, pero de maneras tan desorganizadas, que finalmente no tuvieron buenos resultados. El problema no es necesariamente el dinero, sino la seriedad y orden con qué se plantean las políticas públicas. No sólo ocurre en el deporte sino en múltiples sectores; los diversos entes involucrados no son capaces de articular esfuerzos y coordinar entre ellos en búsqueda de un objetivo mayor. Entonces, aunque sea difícil, un primer paso es definir adecuadamente la función de cada actor involucrado y en algunos casos, sincerar las acciones para que se realicen mejor. Esto puede representar una lucha, pero debe ser afrontado con liderazgo. Para el deporte, el mismo IPD se ha propuesto centrarse en la asistencia técnica, siendo un órgano especializado y no un ejecutor. Por otro lado el MINEDU deberá preocuparse más por la educación física, federaciones en la promoción de sus deportes y gobiernos subnacionales en la implementación de distintos proyectos deportivos, así como infraestructura, para que el acceso a la práctica deportiva sea posible para todos.
Las diferencias con Colombia son ahora muy grandes... ¿a qué se deberá? |
Un segundo punto es recoger la mayor información posible. Para el ámbito deportivo y la actividad física, recién se va a realizar la primera encuesta y diagnóstico en el país para recoger información estadística, a cargo de Apoyo Consultoría. Un paso importante para ordenar y darnos cuenta en dónde se presentan las mayores deficiencias, como pueden ser descentralización, entrenadores calificados, disciplina o educación física. Son muchos problemas, pero deben estar priorizados y bien enfocados. En esa línea también es positivo recoger las opiniones de todos los actores involucrados; puede resultar desafiante e incluso arriesgado, pero es fundamental transmitir aquella voluntad de escuchar. Por último, comunicar adecuadamente los beneficios, los cuales en el caso del deporte son muchos: desarrollo integral de las personas, salud, perseverancia, compromiso, así como el desarrollo de una serie de competencias socioemocionales muy demandadas en el mercado (incluso más que las técnicas). El deporte es transversal e inclusivo, además de tener beneficios adicionales como prevención de la delincuencia y el reforzamiento de nuestra identidad.
Los valores positivos del deporte son muchos: la sociedad se beneficia en su conjunto. |
El último punto que quiero señalar es el vínculo entre los órganos públicos y la inversión privada. El sector deportivo es un buen ejemplo: se requiere de una industria deportiva que apueste por el deporte y que invierta fuertemente en él. Sin embargo, para los órganos públicos liderados por el IPD, si no desarrollan un trabajo serio, ordenado y estratégico, es casi imposible convencer al sector privado que participe. Se debe trabajar fuertemente desde las bases, buscando una masificación del deporte real y sostenible; a partir de allí, la inversión privada llegará (observar gráfico). No ocurre al revés, en el caso deportivo no se puede esperar que el mercado solucione sus dificultades: es primero las instituciones las que tienen que desarrollarse para diseñar un marco atractivo. Hay mucho por hacer, pero se observa un esfuerzo serio. Esperemos que con continuidad y paciencia se logre consolidar este Proyecto de la Política Deportiva Nacional. El Perú lo necesita.
Componentes estratégicos del Proyecto de Política Deportiva Nacional, el objetivo final es desarrollar una verdadera industria deportiva en el Perú. |
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