Todos hemos visto una película de superhéroes en algún momento. Estos personajes que velan por la paz en su ciudad; pero que, finalmente, terminan destruyéndola durante sus peleas. Este suceso suele ser muy curioso para cualquiera. Un economista podría pensar: “¿Nos genera utilidad marginal un superhéroe adicional? ¿En verdad, el beneficio marginal de destruir a una criatura (que, la mayoría de veces, fue creada con el fin de destruir a dicho superhéroe) es mayor a los costos de reparar toda una ciudad? ¿Maximiza nuestros beneficios el tener un superhéroe en nuestra economía? ¿Por qué es mejor botar a los políticos que votar por ellos?"
Todos en algún momento mutamos |
La mayoría de películas nos muestran la parte chévere de tener un superhéroe: personas más seguras, monstruos derrotados, peleas alucinantes y romances poco comunes (?). Sin embargo, no nos muestran cómo hacer para reparar todo el daño que se genera luego de una batalla en medio de la ciudad. Muchos edificios y almacenes llenos de mercadería son destruidos y muchas bodegas son saqueadas, sin considerar el número de personas muertas. Todo ello genera un costo que, dudo mucho nuestras reservas internacionales puedan sostener y si Conga no va, mucho menos. (#CositoHazAlgo)
Pero tranquilo sobrino y chilea cinco min, no todo es malo en este contexto. Russell y Leslie (2012) mencionan que las personas siempre necesitarán de un héroe, el cual les brinde un ejemplo a seguir y la seguridad que necesiten. Asimismo, Bryant (2010) demuestra que, dado que los superhéroes fueron creados en tiempos de angustia nacional, estos suelen generar mayor identidad hacia su país y su cultura. Así, si aplicáramos dichas teorías a nuestro contexto nacional, probablemente tendríamos un Perú con menor índice de delincuencia, mayor inversión en cultura, menor grado de corrupción y mayores niveles de confianza. (#KeikoSálvameDeLaCorrupción (?)).
Pensemos en un caso muy particular, en el cual nuestra economía tiene un solo superhéroe y los villanos no poseen súper poderes, es decir, sólo combate la delincuencia cotidiana. Según el paper de Bryant (2010) y el de Fishwick y Acuña (2015), el modelo que propone dicho hombre de bien que vela por la seguridad ciudadana será adoptado por los niños y algunos adultos. De este modo, la conducta estará orientada a hacer el bien y los malos recibirían el castigo pertinente (If you know what I mean #OlleZhy). Gracias a ello, la tasa de delincuencia se reduciría y probablemente el gasto que era destinado a combatir este problema social ahora podría ser destinado hacia educación o cultura; lo cual, se traduce en crecimiento económico en el largo plazo.
Yo también quería ser un superhéroe |
Un artículo publicado por Sparknotes.com (dejo el link al final) menciona que el negocio más lucrativo en el universo Marvel sea probablemente la empresa de construcción o de control de daños. Así, se hace referencia a los costos que generan nuestros héroes favoritos. Por ejemplo, la persecución de Batman al Jóker en The Dark Knight generó pérdidas por un total de $83, 378.55. Otras cifras alucinantes son las de Los Vengadores. En su lucha contra la invasión extraterrestre (tantas veces Hulk), el costo en daños materiales ascendió a $160 mil millones (tranquilos, Tony Stark paga la cuenta (?)) y, si pensamos en los destrozos generados al final de la película, tendríamos $750 mil millones en daños a la propiedad y un impacto global ascendiente a $2 trillones. Pues bien, definitivamente en nuestro país no tenemos un Bruce Wayne o un Tony Stark que pague la cuenta (#FiaditoPe’) así que caeríamos en desgracia definitivamente.
Hasta a Batman le afectó la crisis |
Una de las preguntas en este contexto sería ¿Qué podría hacer el Gobierno ante esta situación? (#OshantaIt’sYourTurn #FujishockFácil) Pues poco. Reactivar la economía en este contexto sería muy difícil. Se acabarían las reservas y lo más probable es que la Vero despida a Julio Velarde tengamos que endeudarnos para hacer crecer a nuestra economía y, sin considerar que nuestro superhéroe tendría que buscar una nueva chamba por mientras.
En conclusión, tener a un superhéroe podría ser beneficioso en parte para nuestra economía. Pero, en caso se cree un supervillano para detenerlo, las repercusiones del caos que se desataría podría dar inicio al fin de nuestra prosperidad y ya no creceríamos en 6% como promete Alan y a una crisis de la cual nos recuperaríamos muchos años después, en caso otro supervillano no aparezca. Entonces, luego de este pequeño análisis coste-beneficio, ¿nos conviene tener un superhéroe en el Perú? ¿Es útil tener a alguien que nos salve de todo por más que destruya nuestra infraestructura, capital y tecnología? ¿O es mejor que nosotros seamos nuestros propios héroes y cambiemos al país a través de buenas decisiones y buenas acciones? (#MinimiceLaPESJoven)
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Link Sparknotes: http://www.sparknotes.com/mindhut/2015/02/12/the-real-cost-of-superheroes-collateral-damage
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