Escribe: Tomás Reto
¿El 2016 marca el fin de diversas figuras políticas y el inicio de la renovación? Para el 2021, los Toledo, García, Lourdes y Fujimori ya no serán parte del juego electoral. Figuras nuevas tendrán que reconfigurar el cuadro político y el filtro del voto de nosotros los jóvenes será clave. ¿Es esto el fin de los partidos políticos de siempre? ¿Qué riesgos aparecen ante la inevitable necesidad de nuevos nombres?
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| Luego de décadas de los mismos nombres y apellidos, el 2021 se viene la renovación política en el país |
Alejandro Toledo se encuentra en el rubro “Otros” en las encuestas, y sus lamentables frases no son achaques de la edad, sino más bien muestran desesperación. Alan García, aun cuando el voto oculto que mágicamente (?) solo IDICE logra capturar lo lleven a segunda vuelta o incluso a la presidencia, ya no podrá postular en el 2021. Lourdes firmó su sentencia política con su alianza con García. Finalmente, si gana Keiko, ya no podría postular en el 2021 (ni ningún Fujimori), y en caso pierda, habrá quedado demostrado que el Perú no le perdonará nunca ser hija de su papá.
Queda clarísimo entonces que los tres o cuatro principales candidatos del 2021 serán figuras nuevas. Este cambio generacional y de nombres ya se empieza a ver en estas elecciones, pero con menor medida. Candidaturas como las de Verónika Mendoza o Alfredo Barnechea evidencian que el país quiere caras nuevas, profesionales, con un buen desempeño oratorio y que acepten comer su chicharrón .
No obstante, la necesidad de nuevos políticos conlleva también el riesgo de la presencia de iniciativas individualistas como la de Julio Guzmán, quien a pesar de ser un economista muy calificado, no puede negar que unos meses antes de la elección probablemente ni sabía de la existencia de Todos por el Perú. El voto por Guzmán era un voto muy respetable y comprensible (como el de todos nosotros), pero significaba un alto riesgo ya que no estaba respaldado por una idea política detrás, sino solo por buenas intenciones (que a veces no son suficientes). El presidente no solo debe ser técnicamente capaz y moralmente probo, sino también debe tener un excelente manejo político.
Los partidos políticos (los de verdad) tienen las herramientas para poder afrentar este nuevo reto, y se encuentran en la necesidad imperiosa de lograrlo para asegurar su existencia en el tiempo. El APRA, por ejemplo, tiene una base de militantes importante y seguramente muy valiosa que no ha podido sobresalir por la presencia de Alan desde 1985. No obstante, en la elección municipal de Lima, quedó demostrado que figuras con un perfil renovado y técnico como Enrique Cornejo pueden conseguir un gran apego con grupos electorales que jamás votarían por Alan. El PPC, así como Acción Popular, se encuentran en capacidad de dejar de mostrar por enésima vez a Javier Bedoya, Raúl Castro, Vitocho o Lescano, y empezar a foguear a sus figuras más jóvenes o nuevas para el electorado, como Marisol Pérez Tello o Alberto Beingolea. Asimismo, a pesar de que Peruanos por el Kambio cometió el error de que nombre del partido sea “PPK”, tiene figuras como Martin Vizcarra o Mercedes Aráoz que pueden ser interesantes candidaturas en los próximos años. Finalmente, por el gran bien al país que hace la presencia de diversas opiniones, espero que el Frente Amplio sea una apuesta a futuro que permita a personas capacitadas de izquierda mostrar el gran aporte que le pueden dar al país.
Quiero cerrar mencionado que el rol que jugaremos los jóvenes (no solo en edad, sino en espíritu) en capitalizar las buenas propuestas de los candidatos es clave. Si Barnechea y Guzmán en el 2016, y PPK en el 2011 llegaron a ser conocidos, no solo fue por sus interesantes propuestas, sino porque nosotros los oímos y los hicimos conocidos. Van a haber nuevas figuras, eso es un hecho, pero el que sean conocidas depende de nosotros, y espero estemos en la capacidad de hacer buenos filtros, porque ya el destino del país está en nuestras manos.
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No obstante, la necesidad de nuevos políticos conlleva también el riesgo de la presencia de iniciativas individualistas como la de Julio Guzmán, quien a pesar de ser un economista muy calificado, no puede negar que unos meses antes de la elección probablemente ni sabía de la existencia de Todos por el Perú. El voto por Guzmán era un voto muy respetable y comprensible (como el de todos nosotros), pero significaba un alto riesgo ya que no estaba respaldado por una idea política detrás, sino solo por buenas intenciones (que a veces no son suficientes). El presidente no solo debe ser técnicamente capaz y moralmente probo, sino también debe tener un excelente manejo político.
Los partidos políticos (los de verdad) tienen las herramientas para poder afrentar este nuevo reto, y se encuentran en la necesidad imperiosa de lograrlo para asegurar su existencia en el tiempo. El APRA, por ejemplo, tiene una base de militantes importante y seguramente muy valiosa que no ha podido sobresalir por la presencia de Alan desde 1985. No obstante, en la elección municipal de Lima, quedó demostrado que figuras con un perfil renovado y técnico como Enrique Cornejo pueden conseguir un gran apego con grupos electorales que jamás votarían por Alan. El PPC, así como Acción Popular, se encuentran en capacidad de dejar de mostrar por enésima vez a Javier Bedoya, Raúl Castro, Vitocho o Lescano, y empezar a foguear a sus figuras más jóvenes o nuevas para el electorado, como Marisol Pérez Tello o Alberto Beingolea. Asimismo, a pesar de que Peruanos por el Kambio cometió el error de que nombre del partido sea “PPK”, tiene figuras como Martin Vizcarra o Mercedes Aráoz que pueden ser interesantes candidaturas en los próximos años. Finalmente, por el gran bien al país que hace la presencia de diversas opiniones, espero que el Frente Amplio sea una apuesta a futuro que permita a personas capacitadas de izquierda mostrar el gran aporte que le pueden dar al país.
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| El filtro juvenil será el primero ante una corriente de nuevos postulantes |
Quiero cerrar mencionado que el rol que jugaremos los jóvenes (no solo en edad, sino en espíritu) en capitalizar las buenas propuestas de los candidatos es clave. Si Barnechea y Guzmán en el 2016, y PPK en el 2011 llegaron a ser conocidos, no solo fue por sus interesantes propuestas, sino porque nosotros los oímos y los hicimos conocidos. Van a haber nuevas figuras, eso es un hecho, pero el que sean conocidas depende de nosotros, y espero estemos en la capacidad de hacer buenos filtros, porque ya el destino del país está en nuestras manos.
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