jueves, 19 de mayo de 2016

3 motivos por los que no podemos darle fin a la informalidad

Escribe: Yasser Rodrigo


La informalidad fue un tema muy tocado en el debate técnico. El 70% del empleo en el Perú es informal. ¿Pero por qué es tan complicado que las pequeñas empresas salgan de la informalidad? Voz Actual te cuenta 3 motivos por los que aún no podemos darle fin a la informalidad.


Sorry, SUNAT
En el Perú, el empleo informal alcanza el 70% del total (INEI), cifra escandalosa considerando que venimos de un crecimiento continuo en los últimos 15 años. La informalidad, además de estar directamente relacionada con el bajo nivel educativo peruano, es un claro indicador de las malas decisiones políticas y el problema renuente de tener a las instituciones del Estado en un nivel alejado al óptimo. Tener una economía informal impacta en la recaudación de impuestos, limitando el accionar del Estado en gran parte del país. Instaurar un Estado de Derecho es imposible en un escenario informal y, al no estar todos los peruanos con condiciones similares bajo un mismo régimen, se genera desigualdad pues las leyes no se aplican a todos por igual.

Los siguientes ubicaciones de Perú en ránkings pueden reflejar con claridad de qué estamos hablando:

Fuentes: Foro Económico Mundial y FIFA
Fútbol > Empleo (?)

En el Perú, las Mypes representan el 98% de las empresas en el Perú (INEI), con lo cual la informalidad en la que trabajan resulta un tema clave para entender el problema. ¿Qué hace que las Mypes trabajen en la informalidad? ¿Qué las incentiva? A continuación te contamos las tres principales razones.

1. Legislación/Sistema Tributario
Este es mi Perú (?)

Para los empresarios de las Mypes, adecuarse a las nuevas leyes y empezar a ser regulados tributariamente es en realidad una pesadilla. De acuerdo a lo observado en el cuadro anterior, existe una alta rigidez al momento de contratar y despedir empleados, mientras que el sistema tributario genera altos desincentivos al empleo.

Incrementar el sueldo a un trabajador en el mundo formal implica, para el empleador, un pago mayor de CTS, seguro médico, entre otros, reduciendo las utilidades mensuales de la empresa. Esta situación conlleva a la informalidad: un trabajador podría preferir recibir parte del dinero del seguro médico, CTS o trabajar doce meses antes que irse de vacaciones y gozar algunos beneficios, pero con un sueldo menor. Es ahí cuando tanto empleador como trabajador tienen incentivos a ser informales, y ciertamente son más felices. Así, aunque los empresarios no son grandes partidarios de las leyes laborales, son los mismos trabajadores quienes muchas veces no las valoran tanto como deberían (con todo y beneficios), considerando las dificultades económicas que enfrentan.

baia baia
2. La resistencia a dejar la “viveza”
Heredada desde tiempos inmemorables, la “pendejada”, es un issue con el cual hay que lidiar en pleno siglo XXI. La doble moral, la falta de respeto por el otro, tratar de ser el “más mosca” y aplicar la ley del más vivo es lo que nos mantiene muchas veces estancados como sociedad. Dejar de lado estas costumbres será un gran paso hacia la formalidad. Muchos no se preocupan por mejorar y, al contrario, quieren ganar haciendo la “sucia”. Tampoco se piensa en el país como conjunto y hay quienes creen que el progreso del país tiene que verse reflejado en su propia economía familiar, de lo contrario dudan de ese “crecimiento”.

3. Trabajadores calificados son difíciles de conseguir
En el caso que algún empresario decida formalizarse y empezar de cero un negocio totalmente en regla, conseguir trabajadores en los cuales depositar confianza es complicado. La mayoría se auto contrata o contrata familiares con lo que además se ahorran muchas de las formalidades. Otra razón es la baja productividad de los trabajadores, que aunque está relacionada al bajo salario que reciban, lo cierto es que una Mype no se puede dar el lujo de pagar grandes salarios bajo un régimen formal, al menos no mientras no consigan competitividad. Por ello los índices de empleo informal se mantienen altos a través de los años, por lo que la intervención del Estado es necesaria pero no con sobre regulación.


Este tema se ha venido tocando entre los partidos políticos con mucha seriedad. Por el lado de PPK, se tiene como meta generar 3 millones de empleos y reducir el IGV progresivamente hasta alcanzar el 15%. Por Fuerza Popular, se plantea colocar IGV cero durante dos años para empresas informales, además de la creación de una agencia desarrolladora de Mypes.

No obstante, lo que se necesita para el éxito de una reforma es el deseo conjunto de la población. La comunicación con ellos es clave para demostrar no sólo cuáles serán los beneficios del cambio propuesto, sino también los costos que son ignorados muchas veces por decisiones políticas. Siendo este un cambio que durará varios años, es importante que la confianza en el Gobierno se mantenga (aunque sea difícil de ganar y fácil de perder).

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