sábado, 29 de marzo de 2014

¿Más impuestos menos recaudación? El caso francés

Escribe: Anónimo

“No me gusta la gente rica" fue la frase que expresó François Hollande, actual presidente de Francia, en un programa de la televisión durante la campaña presidencial pasada. Prometió un impuesto de 75% a los ricos- aquellos que ganan más de un millón de euros anuales- para poder reducir el déficit de 4.5% del PBI, el impuesto sería temporal y se eliminaría una vez que la economía se recuperase. Hay relativamente pocas personas que incurren en este impuesto, un estimado de entre 7, 000 y 30, 000 en un país de 65 millones de personas; no obstante, el Estado podría recaudar 33 millones de euros para reducir el déficit fiscal. Esta medida representa el mayor ajuste fiscal de Francia en tres décadas y ha generado un coro de protestas por parte de las empresas, equipos de fútbol y de los ricos quienes han condenado el impuesto, incluso la estrella de cine Gerard Depardieu abandonó el país.

La primera propuesta para poner en marcha estos impuestos fue rechazada por el tribunal constitucional en diciembre del 2012, debido a que iba a ser aplicado a los individuos y no a los hogares, por lo que existíría una desigual carga tributaria. Para entender mejor a lo que se refería el tribunal francés veamos el ejemplo de la revista británica The Economist: Supongamos que en una familia el esposo gana 0.7 millones de euros y la esposa 0.8 millones de euros, estarían exentos de impuestos a pesar de que juntos hacen 1.5 millones de euros; en cambio, si en otra pareja, el esposo gana 1.1 millones de euros y la esposa 0.4 millones de euros, tendrían que pagar el impuesto. Cabe resaltar que en su primer fallo el tribunal señaló que más de 66% de los ingresos tiene carácter confiscatorio.


Luego de dicho fallo, Hollande hizo cambios en su propuesta para que pueda ser aceptada: se trataba de la misma idea sólo que ahora los que pagarán serían las firmas. La nueva propuesta fue aceptada por el tribunal y señala que las empresas deben pagar un derecho del 50% sobre los salarios por encima de 1 millón de euros. Si se le agregan otros impuestos y cargas sociales, el impuesto total es de 75%.

En situaciones como estas, la idea popularizada por el economista Arthur Laffer y el escritor Jude Wanninski en los años 70 vuelve al debate. La famosa curva de Laffer señala que un tipo de gravamen del 0% no produce ingresos fiscales por obvias razones. En el otro extremo, una tasa de 100% tampoco lograría recaudar para el fisco debido a que nadie trabajaría si se le quitara todo su ingreso. Así, es de suponer que existe una tasa óptima entre los dos extremos mencionados que maximiza la recaudación. Superar dicha tasa provocaría que la gente evada impuestos o que se reduzcan sus incentivos a trabajar por lo que la recaudación caería. En cambio, si la tasa es menor a la óptima se estaría gravando menos dinero del potencial.


Existe evidencia del efecto Laffer en varios países como Suecia, Irlanda, España, etc. Esta discusión, sin duda, sirve para recordar que el gobierno no puede imponer el impuesto que desee; se deben considerar los incentivos de los individuos y de las firmas de acuerdo al tipo de impuesto que se aplica y a su duración. En el caso de Francia, ya se observa que hay empresas que están empezando a salir de dicho país por los elevados impuestos que tienen que pagar, a pesar de que estos son temporales. Parece ser que el 75% está muy por encima del impuesto óptimo en la curva de Laffer, por lo cual si se quiere reducir el déficit presupuestal de 4.5% del PBI en el mediano plazo se debería tratar de maximizar la recaudación reduciendo el impuesto.


Pd: Si te gustó este artículo, síguenos en fb: www.facebook.com/vozactual


No hay comentarios.:

Publicar un comentario