lunes, 27 de octubre de 2014

Infidelidad: fundamentos económicos, evidencia empírica para Perú y otros países

Escribe: Anónimo


Al parecer el del medio es venado
"Patán", "Sacavueltero", "Pendeivis", "Player", son algunos de los tantos piropos que las chicas les han dedicado a los infieles. Es por ellas que hoy pretendo entender la infidelidad y dar a conocer la racionalidad de este fenómeno. En específico, para motivar, presentaré datos sobre este tema con diversas encuestas sobre infidelidad que incluyen al caso peruano. Luego plantearé este problema desde una perspectiva teórica sencilla que permite encontrar dos tipos de agentes en el mercado del amor: los "bad boys" y los "good boys". Para identificar al primer tipo de agentes seguiremos el enfoque de Fair (1976), pero para encontrar el segundo tipo, será necesario hacer una generalización al modelo que permite encontrar no solo a los bad boys sino también a los good boys (como yo).


La revista Psychology Today realizó una encuesta para Estados Unidos donde encontró que el 27.2% de los hombres casados por primera vez que trabajan y el 22.9% de las mujeres casadas por primera vez que trabajan, han tenido al menos una vez una relación fuera del matrimonio. En este mismo sentido, el "Journal of Marital and Family Therapy" halló que el 41% de los parejas encuestadas mantuvo alguna infidelidad sicológica o emocional. Otro dato interesante de esta encuesta es que el promedio de duración de la relación extramatrimonial fue dos años. También llama la atención el hecho de que casi el 70% de las personas que han cometido infidelidad afirman no haber sido descubiertos (a tener mucho cuidado), las mujeres reportaron menos probabilidad de ser descubiertas.


-Susy Díaz, experta en romances
Pero lo más raro, y que puede ser sustentado a partir del modelo que se presentará, es que, según un estudio de Fisher, el 56% de los hombres y el 34% de las mujeres que han cometido infidelidad afirman que son felices o muy felices con su actual pareja. Por otro lado, existe un estudio de la Universidad de Indiana que señala que el porcentaje de mujeres infieles se ha incrementado y que casi iguala al de los hombres.

En el Perú, los datos de infidelidad son bastante curiosos. La empresa venezolana Tendencias Digitales realizó una encuesta por Internet a 13 mil hombres y mujeres mayores de 18 años de 11 países de América Latina. El resultado para el caso peruano es que el 71% de peruanos reconoce ser o haber sido infiel, mientras que en las mujeres el porcentaje se reduce a 50%: 7 de cada 10 hombres y 1 de cada dos mujeres, ¡Dios me libre! Resultados similares encontró el portal DePerú con su encuesta online: 77.43% de los hombres encuestados dijeron haber sido infieles, y en el caso de las mujeres un 61.52%. Sin duda, los altos porcentajes parecen sospechosos y se podría dudar de la calidad de estas encuestas y de la aleatoriedad de la muestra, es decir, puede que en su encuesta no haya habido una rigurosidad y que los porcentajes estén por encima de lo que realmente son.

La nueva la nueva y la ex (?)
Ahora explicaré de manera sencilla el modelo teórico. Es bien sabido que las personas obtenemos cierta utilidad o felicidad de las actividades que realizamos. Dependiendo de cada uno, algunas actividades nos otorgarán más utilidad que otras ya que las preferencias de cada persona determinarán el grado de provecho que le otorgan las acciones que realizan. Además, en la vida real, las actividades están limitadas por el tiempo que tenemos: 24 horas. Considerando este escenario, Fair desarrolla un modelo en el cual para la persona siempre será óptimo pasar tiempo con una amante, en específico, la utilidad (felicidad) adicional de pasar una unidad de tiempo más (utilidad marginal por unidad de tiempo) con la pareja “oficial” debe ser igual a la utilidad marginal por unidad de tiempo de estar con la amante. Si estar con la amante me daría más utilidad marginal por unidad de tiempo entonces se debería incrementar el tiempo que se pasa con ella, esto se dará hasta el punto que ambas utilidades marginales por unidad de tiempo sean iguales. Esto se cumple, porque existe una propiedad en economía que se denomina tasa marginal de sustitución decreciente.

Lamentablemente esta propiedad no es general, por ello, lo que hice es considerar una función de utilidad más general que Fair, la cual me arrojó dos resultados interesantes. El primero fue similar al de dicho autor, los bad boys tenían las mismas características que se señalaron. Sin embargo, en segundo lugar, encontré un nuevo equilibrio donde aparecen los good boys, para ellos la tasa marginal de sustitución no era decreciente y esto permite encontrar un equilibro en el cual las personas solo tendrán una pareja. Este tipo de agentes se quedarán con aquella persona que les otorgue mayor utilidad marginal por unidad de tiempo, es decir, si la pareja es la que le brinda mayor utilidad se quedarán con ella y terminaran con la amante.

¿Qué es lo que genera que algunas personas se comporten como bad boys o como good boys?: Las preferencias de cada persona: distintas preferencias llevan a distintos comportamientos.

Se pueden hacer extensiones al modelo como por ejemplo ver si es posible creer en el cambio de bad boys a good boys o si no es creíble un cambio de este tipo. También se podría incluir el efecto de que la pareja descubra la infidelidad sobre las decisiones de la persona. Una tercera extensión sería tratar de relacionar este fenómeno con la literatura existente sobre empleos alternativos ya que la búsqueda de una amante se puede relacionar con el problema que enfrenta un trabajador que busca un segundo empleo.

Pd 1: Sé que los good boys compartirán este artículo para defender su honor y señalar que no todos los hombres son iguales ;). Si les gustó el artículo no se olviden de compartirlo en FB o twitter con sus amig@s, novi@s, a la nuev@ y si quieren con la ex.

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