martes, 28 de octubre de 2014

Metiendo terror (?): el miedo en la pantalla grande

Redactora invitada: Chrissie Pantoja

“No abras esa puerta”, piensas, mientras la mano se acerca a la perilla y la abre, solo para encontrarse con un espacio vacío. Sin embargo, al voltear, el personaje tiene enfrente a un monstruo de cara horripilante. En ese momento te sobresaltas, y llega a tus oídos el clásico y excesivamente agudo grito que te recuerda que estás en una película de terror. Si eres de los que entran a la sala de cine y se decide por títulos cuyos carteles muestran personajes siniestros o rostros ensangrentados, este artículo es para ti. Y si no, nunca es tarde para empezar, pues el terror cinematográfico tiene algo para todos los gustos. A modo de previa de Halloween, te contamos un poco acerca del género de terror en el cine y sobre cómo los directores de estos filmes logran que nos agarremos fuertemente del asiento y que tengamos que dormir con la luz prendida.


Una breve historia de(l) terror
Aquí un joven luego del tono del 31 (?)
Las primeras manifestaciones del terror en la pantalla grande surgen con el Expresionismo alemán, como fruto de las inquietudes sociopolíticas en Alemania tras la Primera Guerra Mundial. La posguerra pobló Europa de soldados maltrechos con desfiguraciones faciales y el cine norteamericano, inspirado por la literatura alemana, se encargó de poblar las pantallas con románticos monstruos destinados siempre a la fatalidad. Por ello, las primeras películas de terror fueron: “El hombre y la bestia” (1920), “El fantasma de la ópera” (1925) y “Frankenstein “(1931).

La internacionalización de este género se da a partir de los años 30, para posteriormente ir evolucionando hasta la actualidad, aumentando poco a poco la dosis de violencia en las pantallas, pasando de una fuerte concentración de monstruos a una defensa de normas y prerrogativas sociales con sadismo psicópata. Tal es el caso de “Psicosis”, del emblemático director Alfred Hitchcock (1960), y de manera sucesiva a la invasión de las zonas más debilitadas de la conciencia humana como “El Exorcista” de William Friedkin (1973). También se aprecia la desintegración de los valores a través de la figura psicópata en “La Pesadilla en Elm Street” de Wes Craven (1984) o la reciente “Annabelle” de John Leonetti (2014).

De esta manera, el género de terror en el séptimo arte presenta innumerables variantes que cambian al tenor de los cambios de la propia sociedad, elaborando nuevas situaciones, a fin de actualizarlas, en el cual pone de manifiesto que “a cada época su miedo”. Sin embargo, ¿cómo logran las películas de terror asustar y a la vez atraer al público? Cuáles son las estrategias detrás?

Sembrando el miedo
Sin duda, todas las personas le tenemos miedo a algo, ese miedo oculto e interno es el factor relevante del origen del cine de terror. Ayer cuando estaba paseando por el centro comercial “Larcomar”, sentí la curiosidad de observar la reacción de las personas después de ver la película “Annabelle”, así que no dude de ir al cine del lugar. Por supuesto, antes de entretenerme viendo el desfile fui a comprar mi respectiva canchita, en verdad había cada personaje: un chico salía riéndose de la cara espantada de su enamorada, un grupo de chicas salían sujetándose los brazos unas con otras un poco más y se abrazaban, hasta se veía personas de tercera edad que definitivamente no padecían ataques cardíacos. Así me di cuenta que a pesar que todos muestran diferentes emociones, poseen una emoción en común y es que les encanta asustarse. He ahí la razón porque Annabelle recaudó 100 millones de dólares en su primera semana y otras películas de terror baten récord en taquilla.

"Ya perdiste chibolo pulpin"
Los responsables de realizar dichas cintas enfatizan en usar el Psicoanálisis, práctica terapéutica fundada por Sigmund Freud a fines del siglo XIX que plantea que tanto en el plano individual como en el colectivo, los humanos somos narcisistas, voyeuristas, exhibicionistas, masoquistas, sádicos, etc. y que estas patologías explican en buena medida el comportamiento de las personas y de los grupos. A partir de ese periodo, se aplica como tratamiento a pacientes que sufren de neurosis, fobias u otros padecimientos psicológicos, pero esto no quiere decir que todos estamos locos. Simplemente, desde el siglo XX es usado para aumentar la capacidad de producir miedo en las películas y para llevarlo a cabo se contratan asesores expertos en psicoanálisis para asegurar que las películas contengan todos los rasgos necesarios que causen pavor en los espectadores.



Experto en horror (?)

Los psicólogos especializados en el psicoanálisis que forman parte de la creación de las películas de terror toman en cuenta los estímulos atemorizantes incondicionados y condicionados de las personas. Según John Gray, psicólogo conocido por su libro "Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus", los estímulos atemorizantes innatos son: el dolor, los ruidos fuertes, los movimientos súbitos, la soledad, la oscuridad, miedo a los extraños, miedo a los cadáveres, entre otros. Mientras que los miedos aprendidos pueden adquirirse por el condicionamiento clásico de Iván Pávlov, destacado fisiólogo y ganador del premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1904. No obstante, la incidencia de los procesos de habituación se encargan de eliminar el efecto provocado por el estímulo, en otras palabras: mientras más películas de terror veas, poco a poco se socavará el miedo hacia a estas. Frente a esto, los directores y guionistas del género suelen presentar elementos de la trama para poder ofrecer algo nuevo en la siguiente situación terrorífica. Así que, cuanto más intenso y novedoso sea el estímulo, mayor será la deshabituación.

Después de toda la teoría psicológica mencionada, la idea principal de los directores de cine de terror es partir de lo familiar a lo extraño y siniestro, un giro radical que se usa repetidamente como estrategia en elementos como la música, rasgos físicos o psicológicos de los protagonistas y los tipos de escenarios. Así, la oscuridad, el silencio y la pantalla absorbente que cubre todo el campo de visión del cine ayudan a captar al espectador, en otras palabras, que este “metido en la película”, desvinculando la estimulación externa y de esa manera, la estimulación proveniente de la película se vuelve más efectiva. Por eso, el psicoanálisis es un punto clave para identificar las estrategias del cine de terror a través de los estímulos atemorizantes y además no tan solo ha dejado su huella en la sala grande sino también en ámbitos tan diversos como la psicología, la filosofía, la antropología, la literatura, el arte, entre otras especialidades más.
Jai jai jipi jipi Halloween (?)

Espero que disfruten su día de la Canción Criolla Peruana o su noche de Halloween, yendo alguna fiesta o si no como plan B, alisten canchita y vean películas de terror. Aquí les dejo el link de la película "Frankenstein"[1], una buena primera opción para adentrarnos en este mundo terrorífico. ¿Y tú, a qué le tienes miedo? Cuéntanos sobre tus películas favoritas de este género y qué es lo que te causa terror al verlas.





[1] http://vimeo.com/10060290

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