lunes, 4 de abril de 2016

La pasión en un mundo absurdo

Escribe: Diana Vásquez Villanueva

Muchas veces, sumidos en una vida de rutinas, nos encontramos siguiendo una serie de pasos que supuestamente nos llevarán hacia “el éxito”. Pero, ¿a qué precio? Pues, muchas veces al más caro, al de olvidarnos de nosotros mismos. Yo sé que suena bastante cliché, pero la vida puede resultar agobiante, puede absorbernos y hacernos entrar en la corriente del absurdo.

Todos somos Sísifo. Autor: Ricardo Siri Liniers

El filósofo francés y Nobel de Literatura Albert Camus plantea esta idea de que la humanidad vive en un mundo absurdo en uno de sus ensayos más reconocidos, el mito de Sísifo. En este, sostiene que el mundo es absurdo en tanto que existe una disonancia entre el anhelo inherente a la naturaleza humana de entenderlo todo y la irracionalidad del mundo (su mera existencia independiente de la racionalidad del hombre). Y como consecuencia de aceptar esta cuasi condena, para Camus surge la revuelta como contraposición a la insignificancia.

De esta manera, la revuelta en sí misma se convierte en la respuesta a la pregunta que él considera como la única relevante en la filosofía: ¿la vida vale la pena ser vivida o no? En este punto, Camus diría que sí, pero en tanto que uno sea consciente de lo absurdo del mundo y aun así encuentre un sentido y felicidad en él acumulando experiencias. En consecuencia, con la revolución vendrán también pasión y libertad.

Ahora bien, en realidad Camus plantea al hombre extremadamente apasionado como uno de los hombres absurdos, para el cual ni siquiera tiene caso intentar comprender la irracionalidad del mundo y que no hace más que vivir consciente de la inutilidad de su existencia. Sin embargo, creo que cuando habla de este tipo de vida se refiere a la pasión exclusivamente carnal, porque incluso deja claro que en la revuelta, cuando el hombre empieza a ver el mundo con otros ojos, este encuentra una nueva pasión.

En este sentido, creo que podemos analizar el rol de la pasión detrás del simple pero contundente hecho de oponerse al absurdo. Pero antes de eso, hagamos un paréntesis etimológico. La palabra pasión proviene del latín passio (sufrimiento) que a su vez es derivado de un verbo emparentado con πάσχειν (sufrir) en griego. De hecho, algo que siempre me ha parecido muy curioso es cómo de un origen tan gris se llegó a una acepción tan poderosa como la que usaremos al hablar de pasión: un sentimiento muy fuerte hacia un objeto de nuestro deseo.

Mount Saint Peter's Caves. Maastricht - Países Bajos

Dada esta definición, yo creo que encontrar nuestra pasión puede rescatarnos de la vida absurda. Puede liberarnos, pues nos da el objeto de nuestra felicidad y nos permite hallar el sentido en una vida lejos de la condena de la insignificancia. Creo que la pasión es la que nos mueve a revelarnos y a ir más allá de nosotros mismos en la medida en la cual escavamos más hacia adentro. ¿Si no nos motiva una pasión, por qué vivimos? 

Ahora bien, no siempre es sencillo encontrar nuestra pasión, sobre todo en esta vida que a veces se vuelve tan ridículamente agitada pero monótona a la vez. Creo que hallarla implica un nivel de auto conocimiento que va más allá de lo evidente. Por ejemplo, a mí me fascina la idea de descubrir cosas nuevas y de re descubrir el mundo que me rodea. ¿Será esta mi pasión? Tal vez. En este sentido y justo en línea con lo que mencionaba acerca de la rutina y la monotonía, creo que es importante darnos tiempo y espacio para conocernos y para (re) descubrir quiénes somos y qué queremos, pues tal vez esa sea la única forma de averiguar hacia dónde vamos.

Paremos un cacho. Autor: Ricardo Siri Liniers

En general, puede haber muchas pasiones, casi tantas como seres humanos haya en el mundo. Para algunos, puede ser la necesidad de mantenerse en constante movimiento, o adquirir la mayor cantidad de conocimiento posible, o muchas otras cosas más. Lo importante, creo yo, es tener algo que nos mueva, pero desde adentro, que nos haga autores de nuestra propia historia y no solo títeres del absurdo. ¿No es acaso un acto de revolución encontrar y vivir nuestra pasión?

¿Cuál es la tuya?

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