sábado, 26 de septiembre de 2015

Vendiendo humo - el escándalo Volkswagen y el futuro del diésel

Escribe: Rick Prieto

Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles a nivel mundial, se encuentra en el ojo de la tormenta. Luego de acusaciones por parte de Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) de Estados Unidos, Volkswagen admitió que alrededor de 11 millones de autos a diésel a nivel mundial han sido deliberadamente manipulados para engañar controles de emisiones de gases. Esto ha proyectado una sombra de incertidumbre no solo sobre Volkswagen, sino sobre el futuro de los autos a diésel.

Desde el 2009, distintos modelos a diésel como el Jetta o el Golf contaban con un software diseñado para reducir momentáneamente emisiones de gases si detectaba que el vehículo pasaba por controles regulatorios. La EPA descubrió que los autos Volkswagen realmente emitían entre 10 y 40 veces el límite legal de óxido de nitrógeno, un gas nocivo y asociado a muertes prematuras. Volkswagen se enfrenta a multas de hasta 18 mil millones de dólares, costos de 7 mil millones en control de daños y una imagen corporativa destruida.

El efecto sobre los mercados fue inmediato. El lunes, VW se desplomó 20% y el martes experimentó una caída similar. En solo 2 días, 26 mil millones de euros de valor de mercado de la firma germana se esfumaron.
Caída libre

Rivales directos, como BMW, Daimler (fabricante de Mercedes-Benz), Peugeot y Citroën, lejos de verse beneficiados por el escándalo de Volkswagen, han sufrido caídas en bolsa de entre 4% y 8% producto de la desconfianza de los inversionistas, quienes no solo sospechan que estos hayan aplicado maniobras como la de Volkswagen, sino también de la real eficiencia de los combustibles diésel.

Diésel, ¿realmente limpio?

Fuente: Financial Times
A diferencia del mercado estadounidense, los autos a diésel son muy populares en Europa. El año pasado, los diésel representaron más de la mitad de los autos vendidos en Europa, mientras que en Estados Unidos se trata de un nicho de mercado, ya que solo ocuparon un 2.75% de las ventas. ¿Qué explica esta enorme diferencia?
  
A pesar de que tanto el diésel como la gasolina son derivados del petróleo, sus propiedades difieren. En comparación a la gasolina, el diésel tiene un mejor rendimiento por litro, por lo que sus emisiones de dióxido de carbono son menores, aunque emite en mayor cantidad otros gases nocivos como el óxido de nitrógeno. Por lo tanto, no resulta tan claro que el diésel sea una alternativa menos contaminante que la gasolina.

Sin embargo, las estrictas regulaciones de polución impuestas por la Unión Europea desde 1992, así como miles de millones de euros de inversión en tecnología diésel, garantizaban supuestamente automóviles a diésel más limpios y eficientes. Por ello, algunos gobiernos europeos decidieron dar incentivos tributarios a este tipo de vehículos, lo que, junto a los menores precios del diésel en relación a la gasolina, impulsó esta industria.


En Estados Unidos, por otro lado, los combustibles diésel se enfrentan a un impuesto a nivel federal 25% mayor (24.4 centavos por galón para diésel vs 18.4 centavos por galón para gasolina). También se enfrentan a mayores costos de distribución y marketing. Finalmente, la regulación es más estricta en relación a las emisiones permitidas de óxido de nitrógeno, lo que favorece aún más a los automóviles a gasolina.

El escándalo de Volkswagen ha puesto en tela de juicio la eficiencia de los combustibles a diésel. Los reguladores norteamericanos y europeos podrían incrementar las restricciones o realizar evaluaciones que se parezcan más a situaciones de manejo real y menos a exámenes controlados de laboratorio.


   

¿Qué depara el futuro?

¿Serían capaces las empresas de absorber todavía más costos regulatorios? De por sí, los automóviles a diésel son más caros porque requiere componentes de mejor calidad para aguantar una mayor compresión durante la combustión. Una mayor regulación de las emisiones tóxicas generaría costos adicionales en el motor por tecnología anti-polución, lo cual erosionaría los delgados márgenes de venta en autos de gama media y haría difícil su supervivencia.

Mientras que la opción de corto plazo sería un traslado a autos a gasolina, en un futuro no tan distante las fuentes de energía alternativa podrían resultar una opción viable, atractiva y eco-friendly.

Tesla, la empresa de autos 100% eléctricos de Elon Musk, está invirtiendo fuertemente en investigación, desarrollo y capital para lanzar al mercado modelos de rango medio. Se espera que en 2017 esté disponible el Model 3, un sedán de 35’000 dólares que podría competir con autos de gama media-alta. La gran caída de Volkswagen, la desconfianza por el diésel y el creciente interés por el cuidado del medio ambiente podrían impulsar el interés por los carros eléctricos y generar el cambio de tendencia que nuestro planeta necesita para un crecimiento sostenible.


Genio, multimillonario, filántropo. Elon Musk es Tony Stark en carne viva 
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