miércoles, 23 de septiembre de 2015

La Historia de Aylan y sus Compatriotas

Escribe: Eduardo Dibos

Hace ya algún tiempo la crisis de los refugiados sirios en Europa se ha vuelto un tema recurrente en nuestro país. Probablemente hayas visto noticias relacionadas sobre esto en tu Home de Facebook, Publimetro o en la televisión sin prestar mayor atención. Pero hubo una imagen que bastó para tocarnos el corazón, hacernos reflexionar un rato y tomar conciencia sobre aquel problema que sucede a miles de kilómetros de nuestra casa. Me refiero a la fotografía de Aylan, el niño sirio que en plena travesía en el mar Mediterráneo perdió la vida. La desgarradora imagen de su cuerpo en las costas de Turquía dio la vuelta al mundo. Al igual que el de Aylan, existen otros casos que tristemente se volvieron notorios como el de Zaid, niño que junto a su padre fue pateado por una camarógrafa húngara en un campo de dicho país. Ver todas estas representaciones de lo que viven los más de 500 mil sirios que han llegado a Europa tan solo entre este año y el 2014, nos lleva a hacernos diferentes preguntas: ¿qué es lo que ha tenido que pasar para tener una situación tan crítica y es acaso suficiente lo que se está haciendo al respecto?



La crisis de refugiados no data de hace poco. En el 2011 estalló la guerra civil en Siria y desde esa fecha millones (si, millones) huyeron del país. Actualmente entre Turquía, Jordania y Líbano, países vecinos de Siria, se reparten alrededor de 4 millones de desplazados sirios. Sabiendo que para los países Europeos ha sido de gran dificultad proveer calidad de vida a los refugiados, es fácil de concluir que los sirios en estos países no viven de la mejor manera. Aunque existen esfuerzos de organizaciones como las Naciones Unidas y ONG’s de proveer de servicios básicos en estas zonas, el número de refugiados beneficiados es mínimo. Debido a la saturación de los países vecinos, los sirios encontraron en Europa el lugar en donde podrían transformar su anhelo de encontrar un futuro mejor en una realidad. Los problemas llegan cuando familias desesperadas caen a merced de traficantes de personas. Estos les prometen acompañarlos en su viaje por el mar Mediterráneo (en balsas que frecuentemente naufragan) y posteriormente por los países de Europa Oriental para llegar a Alemania, Austria o países nórdicos. Lamentablemente, el viaje hacia estos lugares se vuelve hostil cuando países como Hungría, que tiene una política de cerrar el paso a los refugiados (violando leyes internacionales) usando la fuerza para repeler de sus fronteras a familias enteras. Hasta el momento, Alemania ha ofrecido asilo a más de 800 mil refugiados pero sigue siendo urgente una acción conjunta de la Unión Europea para que el número de asilos entregados sea dividido de una manera justa entre todos sus miembros. Mientras que la Unión Europea aún no se pone de acuerdo en esto y los obstáculos que pasan los sirios en su viaje se vuelven más graves, 20 mil refugiados siguen llegando a las costas de Europa cada semana. 

Ruta de los refugiados por Europa. Muchos de los kilómetros son recorridos a pie. 

En un artículo de la revista Foreign Policy, titulado en inglés “We Should all be Competing To Take In Refugees”, se hace un análisis económico de las razones por las que todos los países deberían de aceptar grandes cantidades de refugiados, caso contrario a lo que sucede en los países Europeos. Su autor considera que el estímulo que los refugiados darían a los mercados laborales europeos sería de gran de utilidad e impulsaría sus economías. Además de esto, es cierto que a largo plazo los refugiados  se convertirán en consumidores y en pagadores de impuestos, por lo tanto representarán utilidad al país que los acoja. 

El año pasado había ido con mis amigos a uno de esos bares que tienen narguila cerca al parque Kennedy. Al notar el acento extranjero de la persona que nos estaba ayudando a preparar la narguila, mi curiosidad pudo más y le pregunte de dónde provenía. Fue así como comenzó una pequeña pero memorable conversación. Hadi era de Damasco, la capital de Siria. Me asombró mucho encontrarme a una persona que había venido desde tan lejos y había elegido nuestro país como su nuevo hogar. En casi perfecto español, Hadi me contó que había dejado a toda su familia en Damasco y venido a Lima por recomendación de una amiga que había conocido en un intercambio. Ella fue quien le ofreció su casa para quedarse mientras consiguiera un trabajo estable. Para ese momento Hadi vivía en un cuarto que compartía con otro sirio y dos libaneses más en Miraflores. Ya para el final de nuestra conversación me atreví a preguntarle cuál había sido la razón principal por la que abandonó su país; su respuesta sigue retumbando en mi mente: “El gobierno de Al-Assad obligaba a los jóvenes como yo a hacer el servicio militar, ir a la guerra. Yo no soy capaz de matar a mi propia gente”. Mi sorpresa fue grata cuando meses después, ojeando las páginas de El Comercio me encuentro con una entrevista en la que Hadi era el protagonista. Le habían hecho una nota de media página por su condición de refugiado sirio en nuestro país. En la entrevista contaba la misma historia que me había contado y además que había dejado su trabajo en el bar donde lo conocí por un mejor puesto como chef en un restaurante miraflorino. 

Es urgente que los países de Europa tomen acciones prontas para resolver esta crisis y dejen de lado barreras sociales y religiosas. Deben de abrir sus fronteras y acoger a todos los refugiados en necesidad de un lugar para establecerse, criar a sus hijos y trabajar. Los sirios no representan ningún peligro para estos países, al contrario, tienen la motivación de convivir sanamente y cumplir las leyes con el único fin de salir adelante. Tengo la certeza que historias tan cercanas como la de Hadi, guiadas por el deseo de superación y prosperidad serán el común denominador entre las familias sirias en cualquier rincón del mundo. Por lo pronto, a nosotros nos toca seguir vigilantes e informados sobre esta crisis que ha probado no ser ajena a nuestra sociedad y dependerá de nosotros mismos hacer que imágenes como la de Aylan no aparezcan de nuevo para hacernos recordar lo que sufren miles de personas a diario. 

Pd1: A continuación dejo un link mediante el cual se puede colaborar con los refugiados en Europa. Tu donación puede ayudar a comprar medicamentos, frazadas o carpas a familias enteras. 
- http://donate.unhcr.org/international/general/

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