martes, 1 de septiembre de 2015

Look-a-Like: ¿en qué se parecen Alexis Tsipras y Ollanta Humala?

Escribe: Eduardo Dibos 

Disclaimer: Antes de leer este artículo se debe tener en cuenta que la situación económica griega dista mucho de la nuestra por sus causas y circunstancias, pero aun así, ciertas analogías políticas pueden ser apreciadas.

El pasado 21 de Agosto luego de tan solo siete meses en el poder, Alexis Tsipras, el primer ministro de Grecia renunció a su cargo y convocó a nuevas elecciones en el país helénico. “El mandato que recibí está exhausto”, fueron las palabras que pronunció en un mensaje a la nación. Por otro lado, Ollanta Humala ejerce su último año de gobierno, el cual, hace ya buen tiempo se percibe que está de salida. Ahora, estimado lector, se debe seguir preguntando: ¿qué tiene en común el mandatario griego con el nuestro? Muy pronto sabrá la respuesta. 




Conozcamos a Alexis Tsipras: 41 años, ingeniero civil de carrera y desde los 16, miembro de la Juventud Comunista de Grecia. En el 2009 inicia la debacle económica griega y para el 2014 se había convertido en una de las peores crisis financieras de la historia. El contexto de agudo descontento social causado por los altísimos impuestos y tasas de desempleo, era el escenario perfecto para que aparezca un grupo con ideas radicales y opuestas a las que habían llevado a Grecia a la ruina.

Para ese año Syriza, la agrupación que encabezaba Tsipras, se había convertido en la voz que reivindicaba a los millones de griegos enfurecidos por las medidas de austeridad tomadas para resolver la crisis y en enero de este año es elegido primer ministro. Coincidiendo con las ideas que anunció durante la campaña, en su discurso inaugural juró por su madrecita que tenía el plan necesario para sacar a su país de la crisis, sin austeridad y sin doblegarse ante la presión de sus acreedores (dígase del Banco Central Europeo y el FMI). Tsipras intentó hacerle el pare a estas instituciones pero chocó pronto con la realidad. La situación era como si Don Ramón intentará salirse con la suya ante el Sr. Barriga luego de deberle 300 meses de renta. 

Tsipras captado en plena enyucada de deudas.

El 14 de Agosto último, el parlamento griego aprobó el tercer y último paquete de rescate económico ratificado por el mismísimo Tsipras. Las propuestas con las que había llegado al gobierno distaban mucho de lo realizado y dieron un cambio de 180° ¿Les parece conocida la historia de abandonar un primer plan de gobierno para improvisar completamente otro?

Si tienen flashbacks de Ollanta Humala proponiendo la Gran Transformación y criticando al “absurdo modelo”, no sería una mera coincidencia. Como algunos recordarán, en las elecciones presidenciales del 2011, la carta de presentación de Humala fue un plan de gobierno donde se criticaba al modelo económico, a las industrias extractivas como la minería, se proponía una reforma tributaria y se prometía el balón de gas a 12 soles. “¿Qué es más importante, el agua o el oro?... ¡el agua!” y “La voz del pueblo, es la voz de Dios” eran solo algunas frases que nos dejaba el Humala del 2011 en un discurso en Cajamarca sobre el proyecto de Conga.

Si bien había dejado el polo rojo de las elecciones del 2006 por una camisa blanca, el temor de cierta parte de la población de elegir a un presidente estatizador que amenazaba la economía, seguía intacto. Ollanta llego a la segunda vuelta y apeló a la Hoja de Ruta, un intento de apaciguar las aguas entre los empresarios y de captar los votantes del centro. Para suerte de muchos (que ya se veían mudándose a Miami), el curso de la administración de Humala tiró más para el segundo plan.

Lo que es cierto es que no pudo cumplir promesas ni de uno ni del otro, y solo demostró falta de capacidad e incumplimiento de propuestas políticas. Acceder al poder prometiendo una cosa y ejecutar completamente otra, evidencia un síntoma de populismo e improvisación. Una frase de Andrés Paredes del blog utero.pe resume lo sucedido en Atenas y Lima; “Ya veremos que chu$% hacemos cuando lleguemos al poder, pero la cosa es llegar al poder”. Tsipras y Humala se entenderían en esto ¿no?

Volvamos a la tierra de los campeones de la Eurocopa 2004 y de la mitología. Cuando Syriza tomó por asalto las elecciones consiguió la gran mayoría en el parlamento, pero, con cada nueva medida que Tsipras proponía y pasaba al parlamento, se despedían de sus filas por lo menos 10 de sus aliados. El punto crítico llegó una semana previa a su resignación cuando 1/3 de Syriza votó en contra del tercer paquete de rescate y desconocieron a su líder por diferencias ideológicas irreconciliables. Tsipras había tenido las puertas abiertas para hacer del parlamento un lugar en donde sus decisiones políticas sean acreditadas, sin embargo, cuando tu partido político es un mash-up de otros 12, la alta volatilidad de sus representantes puede desencadenar una rebelión.

Si bien a Leónidas no le importó el numeró de sus soldados en la batalla de las Termópilas, Tsipras perdió la batalla por el abandono de los suyos.

 
"Tonight we go into debt in hell!"

Ahora, desde parlamento griego nos trasladamos a la Av. Abancay, hogar de nuestro querido congreso. La bancada nacionalista abordó su mandato con 47 escaños y a la fecha solo les quedan 34, lo justo para perder la mayoría. Entre los casos más sonados de disidencia se encuentran el de Veronika Mendoza, quien hace dos semanas lanzó de manera multitudinaria (?) su pre-candidatura a la presidencia y el de Sergio Tejada. Aunque algunos congresistas se retiraron de la bancada por diferencias en ideologías, hubo varios otros que, al darse cuenta que el barco del nacionalismo se hundía más rápido que el Titanic, prefirieron tirarse por la borda con chalecos salvavidas. El punto máximo de la inoperatividad de la ahora minoría nacionalista, fue cuando la Primera Ministra Ana Jara fue censurada, fenómeno no sucedía en nuestro país desde los años 60’s. Lo sucedido en la capital griega y en la nuestra puso a la luz la falta de destreza política de los dignatarios para mantener su bloque de congresistas unidos para facilitar sus vías de acción política. Ver algunos capítulos de House of Cards no les hubiera caído mal a nuestros dos personajes. 

Frank Underwood de Chollywood, ¿eres tú?

Ahora que ya conocemos las similitudes entre Tsipras y Humala concluimos que no se puede hacer un gobierno eficaz sin planificación y sin un partido de bases sólidas. Los dobles discursos y la poca credibilidad en las acciones del presidente terminan por descomponer los cimientos de un estado. Por el lado griego, Tsipras tendrá una segunda oportunidad y se presentará a los comicios del 20 de Septiembre con una nueva alianza y buscará de nuevo la mayoría en el parlamento, ahora alineado al bando de la UE. Expertos creen que su alta popularidad será suficiente para colocarse de nuevo en el poder. Mientras tanto, Humala terminará su mandato de manera sumisa y no pasará a los libros de historia; y es que aunque todavía sigamos siendo una de las economías con mayor crecimiento en Latinoamérica, nos ha jugado en contra la ineficiencia del estado en resolver conflictos sociales y la dependencia que tiene nuestra economía a los commodities mineros. Mientras seguimos a la espera que el Plan de Diversificación Productiva del ministro Ghezzi, haga efecto en nuestra economía, se hace mas probable que le devuelvan los aportes a los fonavistas o que Alianza salga campeón.

Mientras tanto desde aquí, le deseamos suerte a Tsipras para resolver la odisea económica griega y a Humala en controlar debidamente a la primera dama además de terminar su mandato correctamente.


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