lunes, 1 de febrero de 2016

Dos formas “peruanazas” para salir de misio en estas elecciones

Escribe: Tomás Reto

Las elecciones en el Perú se viven intensamente. Las historias, mentiras, plagios, insultos, metidas de pata y contradicciones que abundan hacen que, mal que bien, nos divirtamos un poco, quizá más que en otros países. Pero si tú estás preocupado por la crisis económica, te han botado, no consigues chamba, eres pulpín o en fin, estás “aguja”, las elecciones también presentan una oportunidad para recursearte en negocios que rinden, y mucho (lo digo por experiencia propia).

A continuación les presento dos formas rápidas para hacer platita “como cancha” (?) así no entre Acuña (confiamos en ti, Universidad Complutense de Madrid) aprovechando las elecciones mediante el siempre rentable comercio ambulatorio, que forma parte de nuestra querida Lima y todo el resto del país. ¡Que no te atrasen!

Con plagios  suerte, llegaremos a ser como Acuña


Cierto día, hace unos 15 años, mi abuelita me preguntó: “¿Dónde me toca votar?”. Esa información (que antes no estaba en Internet) salía en un especial del periódico “El Peruano”. Había que leer un periódico random para saber en qué colegio o institución votarías.

Así me di cuenta que ya en las calles de mi querido Rímac había personas que la semana previa a las elecciones ofrecían sus servicios de “Ubica tu mesa” a una no menospreciable “china”. Así que cogí el periódico, puse mi mesa en la calle (con permiso de mis papás), y sin exagerar, tranquilamente habré recaudado unos S/.600 soles en una semana, una millonaria suma para un pulpín de 8 – 10 años. Claramente el mayor acceso a Internet reduce las ventajas del negocio, y también es cierto que esto no funcionaría en distritos como Miraflores o San Isidro donde todos dominan el uso de Internet, pero en otras zonas en crecimiento todavía hay mucho espacio para los “buscadores”, tal y como observé en las elecciones del 2014. Además, con los nuevos servicios de la ONPE para elegir tu centro de votación habrá más de un despistado que asista a su típico centro de votación cuando ahora tiene uno nuevo, por lo que la labor de los “buscadores” es más necesaria que nunca. Finalmente, al peruano es flojo le gusta la emoción y deja a todo a última hora, por lo que está dispuesto a pagar para que le salven el día.

Por otro lado, el infaltable negocio de la comida no escapa a la realidad de nuestras elecciones. Nos tenemos que levantar temprano para ir a votar, toda la familia sale, no se prepara a veces el desayuno o el almuerzo y, ciertamente, igual te cagas de tienes hambre. Felizmente, hay muchos ambulantes que te salvan el día con un menú o desayuno al paso: escabeche, tamales, cebiche, arroz con pollo, chicha morada, entre otros. El peruano come bien, y ante tanta oferta de comida termina cediendo a sus instintos. Se puede encontrar platos a S/.4 o S/.5 soles, multipliquen por unas 100 porciones, tendríamos ingresos por casi S/500 en un solo día.

No les vendemos humo, aquí las pruebas (?)

No los trato de incitar al comercio ambulatorio, pero claro, si están en un aprieto, no dejen pasar la oportunidad de sumarse a la fiesta electoral peruana para sacar unos cuántos soles que a todos nos caen bien. Y si les va bien, una comisión una donación a Voz Actual no caería nada mal.


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