Escribe: Alessandra Portugal

Primer elemental: observa el mundo hasta el detalle
Son muchas las escenas en las que
se ve a Sherlock haciendo uso o alarde de sus capacidades deductivas, para
darle a conocer a la persona que sabe más de ella de lo que se imagina. Una de
esas es en las que conoce al Dr. Watson, quien iba a ser su futuro acompañante
de cuarto y con quien pasaría muchas de sus hazañas. Tras una breve mirada,
luego de saludarlo, le hace notar que sabía que el médico había estado en Afghanistan,
lo cual sorprende a Watson. Más adelante le revela que logró saberlo luego de
unir una serie de elementos como que el contraste del color de sus manos con su
cara le indicaba que había estado en un trópico, su rostro le delataba que había
pasado por enfermedades, su brazo izquierdo había sido herido y tenía aspecto
de médico y militar.
Toda esta información la recopiló
por medio de la observación, que es la base principal de la deducción. Saber
con qué elementos se cuentan y qué significan o cuál es su ubicación en
particular dentro de un contexto, aporta mucho al espectador que sabe relacionar
puntos. Los sentidos y la escucha activa aportan mucho al entendimiento del
otro, por lo que son también herramientas importantes a ser utilizadas. Sin
embargo, no sólo se trata de observar, sino también de cómo se recopila la
información, cómo se decide lo que es relevante y lo que no. El método Sherlock
sugiere ser selectivo con la data, pues existe mucha y no toda aporta.
Segundo elemental: desarrolla tu creatividad
Más de una vez se ha visto en los
genios esta capacidad de pensar fuera de la caja, que les permite ver cosas que
otros no; ya sean soluciones, alternativas y respuestas fuera del alcance de
otros. En el caso de Sherlock, se ve mucho que necesita estar en silencio o
realizando otras actividades como tocar el violín o fumar pipa, para poder
concentrarse y llegar a resolver misterios no tan evidentes. El pensar fuera de
la caja y poder unir los puntos de manera que se llegue a una respuesta
adecuada se puede lograr por medio de un constante ejercicio de la mente y la
búsqueda de actividades que estimulen al pensamiento y ayuden a que no se estanque.
La autora sugiere pensar distinto, resolver problemas, parar y pensar un
momento, imaginar alternativas así parezcan imposibles e ir más allá de lo que
cualquier persona pensaría o diría.
Tercer elemental: la educación nunca termina
“La educación nunca termina”, es
una de las frases que le dice Sherlock a Watson, explicándole la razón por la
que resolvía un caso sin pago alguno. Asimismo, en alguno de los casos también
le menciona que gracias a toda la información particular que él había
recopilado, era posible que pudiese detectar o ver más allá de lo evidente. Se
observa un amor por el conocimiento que finalmente aportará al detective a ver
el mundo de una manera diferente. Es así como para Sherlock, la educación
implica un constante cuestionamiento a los hábitos, no dejar que el sistema
tome control sobre uno, remover los comportamientos habituales, y jamás olvidar
que no importa qué tan expertos seamos en algo, debemos encontrarnos abiertos
mentalmente y motivados en todo lo que hagamos.
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