jueves, 1 de octubre de 2015

El poder de la Ventaja Comparativa: 3 aplicaciones para la vida


Escribe: Lucero Quispe

Ya te encuentras en los últimos ciclos de la carrera[1] y llegó el momento de buscar tu primera práctica pre-profesional. Comienzas a mandar CV’s, cual spam o cadenita de Messenger, a todas las posibles oportunidades laborales que te interesan y crees que tu perfil se adecue. De pronto, recibes LA llamada y… ¡Buenas noticias, estimado lector. Te invitan a una entrevista! Asistes impecable, averiguaste sobre la empresa y ya sabes cómo dibujar al hombrecito bajo la lluvia. La entrevista va demasiado bien #TirasHartoTafin, crees que todo está a punto de terminar, cuando te preguntan: “¿Por qué debemos elegirte?/ Dime dos cualidades tuyas/ ¿Qué es lo que puedes aportar?” En este punto, podrías empezar a enumerar miles de adjetivos que terminen por marearte o, por el contrario, podrías pensar en tu ventaja comparativa.

¿Por qué los países comercian? Uno de los motivos es porque cada país es diferente y puede beneficiarse de ello para entablar una relación en la que cada uno realiza aquello que sabe hacer relativamente bien. Un clásico ejemplo es el caso de las rosas de invierno en Estados Unidos. Para cultivar flores en esa época, se necesita invertir en invernaderos con calefacción, altos costos de energía, capital, etc. ¡Recursos que podrían utilizarse para producir otros bienes! Detrás de ello existe una elección: para producir rosas en invierno, se debe producir menos de otras cosas, como por ejemplo, computadoras. Por lo que el costo de oportunidad de producir un determinado número de rosas es el número de computadoras que se pudieron haber producido con esos recursos. Colombia, en cambio, posee el clima adecuado para cultivar rosas, por lo que para este país, el costo de oportunidad de producir rosas en términos de computadoras sería bajo, es decir, Colombia no estaría dejando de producir tantas computadoras como sí lo estuviese haciendo EEUU por cultivar la misma cantidad de rosas.[2]

Es así que la ventaja comparativa, como concepto básico del comercio internacional, puede definirse como el hecho que los países tienden a especializarse en la producción y exportación de bienes que fabrican a un costo relativo más bajo que el resto e importando otros bienes en los que poseen costos relativamente más altos que los demás. Se preguntarán el motivo por el que algunas palabras están subrayadas y es que la ventaja comparativa se diferencia de la ventaja absoluta precisamente por la existencia de “relativo”, respecto a algo, compararlo con algo. Un país puede no tener ventaja absoluta en ningún producto, puede fabricar bienes de forma más cara que muchos otros, pero le conviene especializarse en mercancías que no le cuesten tanto producir en términos de otros bienes, es decir, en los que su ventaja comparativa sea mayor que la de otros países.

Con la teoría fresca y clara puedo, ahora sí, meterle el objetivo #Freaky a este humilde artículo. Así como todo país posee una ventaja comparativa, cada uno de nosotros posee la suya y al tener eso en mente, muchas situaciones de la vida cotidiana o cualquier otra dificultad puede ser controlada.

1. En una entrevista laboral: Ventaja Comparativa bajo la manga

Sobre todo si es la primera, tratas de generar la mejor de las impresiones, pero así como tú, muchos otros buscan también la forma de resaltar. Como mencioné, puedes empezar a decir las cualidades que se te ocurran y que, sin lugar a dudas, muchos otros habrán mencionado. Puedes decir que eres responsable, puntual, organizado, etc. #Top5deCualidades. O podrías pensar en qué es lo que haces tan bien, a comparación de otros, qué te diferencia, te hace único y sea de total utilidad para el puesto al que estas aplicando. Incluso, podrías estar “compitiendo” con personas con gran ventaja absoluta frente a ti, alguien que ya haya practicado o trabajado antes, hasta alguien con las mejores calificaciones. Pero, ¡no contaban con tu astucia! Al recurrir a tu ventaja comparativa, demuestras que cumples con EL perfil que buscan y que no sólo posees las habilidades necesarias para las funciones solicitadas, sino que también disfrutas realizándolas y aprendes en el proceso.

2. En trabajos grupales: aplica una buena división del trabajo 
Ahora digamos que te encuentras en una semana muy densa, tienes entrega de trabajo de Portafolio y Metría para casi el mismo día, ambos necesitan del uso de programación y Bloomberg que justo se encuentra en mantenimiento (cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia). Podrías empezar a llorar o nuevamente, pensar en tus ventajas comparativas. Si eres un monstruo en computación y esa es tu ventaja, mientras que tu compañero de grupo es un escritor nato, pueden dividirse las tareas y especializarse en lo que hacen mejor, así no sólo avanzan más rápido sino que de una forma más eficiente y con mejores resultados. 


3. En el amor: tu Ventaja como diamante en bruto
 Finalmente, para no perder la costumbre, el lado cursi sentimental del artículo. Puedes no ser la persona más suertuda en lo físico, no se te bendijo con el rostro y cuerpo de Channing Tatum o con los billetes de Cristiano Ronaldo, pero ello no es motivo para darse por vencido. Y aunque una persona pueda disfrutar mucho de lo material y físico en el corto plazo, a las finales, encontrar a alguien compatible a ella, que la cuide, escuche y haga reír vale mucho más. Así que si tu ventaja comparativa es ser algo así como un Payaso Ninja (?), tú mismo eres. 

La conclusión de todo es que no hay que dejarse asustar por las ventajas absolutas, recuerda que hay algo relativo en lo que podrías resaltar. Sólo hace falta conocerse un poco más y tener tus ventajas comparativas siempre en alto. Aparentar ser algo que no eres, con tal de impresionar, termina incluyéndote en el montón, muéstrate tal cual, ya llegará alguien que valore todo ello. 

 “No busques encajar en un molde, si eres mucho mejor que eso.”

 

Pd: Si te gustó este artículo, no te olvides de compartirlo y de seguirnos en fb: www.facebook.com/vozactual

[1] Y si aún no es tu caso, te recomiendo que sigas leyendo porque te sucederá, créeme.
[2] Un ejemplo muy interesante y claro. Para mayor información, consulta el libro de Krugman, “Teoría del Comercio Internacional”.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario