lunes, 21 de marzo de 2016

C´est la vie

Escribe: Camila Orchard

“No sé por dónde comenzar”, ese es el inicio de la mayoría de las próximas grandes decisiones. Lo importante ahora es que al menos sabes que tienes que hacer algo porque tu mente te lo pide y tu cuerpo te lo recuerda. Pronto esta incertidumbre se convierte en un impulso, y del impulso a la acción no hay ningún obstáculo (o eso dice Alfonso Santiestevan). Entonces la acción es una realidad, una decisión, un cambio.







“Nadie nos advirtió que habría una crisis a los veinte y pocos” y aunque te advirtiesen no podrías evitarlo. Ahora eres un adulto o estás en camino a ser uno, pronto todo dependerá de ti y te mueres de ganas porque llegue el momento o te mueres de miedo. Lo bueno es que Pinterest tiene grandes frases para estos tiempos, así que puedes almacenar cuantas quieras. Tal vez puedan ayudarte, aunque no evitarán el huracán de sentimientos, el terremoto en tu mente, el diluvio que saldrá de tus ojos ¿por qué? Porque de pronto el amor, la tristeza, la pasión y la furia pueden compenetrarse en un mismo minuto; la alegría, la ira, el gozo, el placer, el dolor, comienzas a sentir tantas cosas en tan poco tiempo que es sorprendente el hecho de que no te conviertas en un volcán.

Por otro lado, tu mente es increíble porque en ella se almacena todo, absolutamente todo: tus sentimientos, tus recuerdos, tus conocimientos, todo lo que te hace quien eres; es por ello que si sabes manejarla podrías lograr que haga lo que quisieras. Realmente serías tu propio rey, pero tengo la teoría de que al ser humano le gusta ser algo masoquista y por eso prefiere que le duela de vez en cuando. Es un dolor sublime, completamente tuyo en el cual reproduces recuerdos cual disco rayado y formas nuevas imágenes de aquello que te gustaría que suceda o de aquello que te gustaría revertir porque no quieres dejarlo ir. Pero ya tomaste una decisión y fue por ti. 


“Malditos todos nosotros” que no entendemos al otro, ni a nosotros mismos. Y sin embargo, somos extremadamente buenos críticos, con una maravillosa capacidad de análisis sobre el porqué y el cómo se comporta alguien y el cómo y porqué debió de hacerlo diferente (la manera ideal). Mas no existe el “ideal”, nadie está programado para saber cómo actuar, qué hacer, ni que decir. Lo “ideal” es aquello que nos gustaría alcanzar, no lo que somos. ¡Y qué bien!



“Tranquilo, ya casi llegas al nudo”, esta debe de ser la parte con mayor locura de cualquier proceso, es en este momento donde decides continuamente si avanzas, si te estancas, si corres de vuelta y ninguna de las tres opciones está mal, pues todo camino tiene su final. Por eso el nudo es lo más importante, porque te reta, te enfrenta a ti mismo, te sumerge, te da momentos para respirar y aprendes o niegas pero no dejas de hacer, hacer, hacer. Es la Odisea una y otra vez en tu vida, pero es la única forma de llegar a Ítaca. 



“Catarsis”, al final estarás purificado.



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