martes, 27 de octubre de 2015

¡No más rojas!

Escribe: Adrian Torrejón

¿Por qué Cueva?, la frase que te duele más que “gracias, mejor amigo” y “no eres tú, soy yo” (?), va más allá de una tarjeta roja. No es común ver a jugadores de nivel mundial hacerse expulsar tan tontamente durante partidos tan importantes. Sin embargo, en Perú parece hacerse costumbre jugar con diez hombres. Pero, antes de echarle la culpa a Cueva o a Zambrano, hay que preguntarnos, ¿qué pasa en Perú? 

Somos muchos los peruanos que hemos sufrido los últimos partidos contra Chile. Tal vez al leer esto más de uno recuerde ese momento de rabia y tristeza al ver esa bendita tarjeta roja saliendo del bolsillo del árbitro para mandar al Kaiser u Oropeza (?) a las duchas. Pero el motivo de este artículo no es sólo recordar esos desastrosos momentos, si no, dar posibles explicaciones a esas reacciones que mataron la ilusión de miles de peruanos. 

  • Campeonato interno: La falta de control de parte de los jugadores se nota desde las canchas del campeonato nacional. Los hechos hablan por sí mismos: es común escuchar de las grescas y agresiones en la Copa Perú. Uno de los casos más sonados fue este año, cuando, en pleno partido, un arquero ejecutó a la perfección una patada voladora a la espalda del árbitro (vídeo abajo). Sin embargo, estas actitudes no ocurren solo en ligas inferiores del fútbol peruano. En mayo, ocurrió un hecho bastante insólito en un partido entre Alianza Lima y Real Garcilaso. Cuatro jugadores en cancha, dos jugadores que estaban en banca y el técnico aliancista fueron expulsados del partido y suspendidos varias fechas por agresiones físicas y verbales a jugadores contrarios y al árbitro del partido. Una patada a un jugador rival, un pelotazo al árbitro e insultos hacia el mismo fueron algunos motivos de las expulsiones. 



  • Violencia en el Perú: Otra explicación de la agresividad de nuestros jugadores puede ser dada por la violencia a nivel nacional. El entorno que nos rodea es bastante violento y esto nos vuelve más vulnerables a ser agresivos. No por nada se estima que combatir la violencia le cuesta al Perú un 4.5% del PBI anual. Sin embargo, no es necesario conocer estos datos para saber que esta está presente en el Perú; basta caminar por la calle para vivir en carne propia la violencia de nuestro país. Discusiones entre choferes, disputas por un asiento en el Metropolitano, cogoteos, peleas entre barras, guerras de pandillas y tantos otros actos violentos son el pan de cada día. Ello conlleva a que los peruanos estemos siempre a la defensiva y seamos propensos a reaccionar mal ante cualquier ataque, ¿sí o no Cueva? (?). 
  • Impotencia: No, no me refiero a ese problema que necesita la pastilla azul, si no la frustración cuando sientes que no puedes lograr algo. Por más que sea difícil de aceptar, más de treinta años sin llegar al mundial y un saldo bastante negativo de partidos han ocasionado en los peruanos una impotencia que se ve reflejada en la cancha. No es fácil jugar contra las estadísticas y es algo que los jugadores peruanos aún no saben controlar. No sorprende que esto se manifieste en las respuestas de los jugadores frente a cualquier situación adversa. 


No basta con mejorar la estructura del campeonato interno, traer a los mejores técnicos ni usar la mejor tecnología para que Perú mejore los resultados. Mientras que no se trabaje correctamente la mentalidad de los jugadores seguiremos jugando como nunca y perdiendo como siempre.


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