viernes, 18 de abril de 2014

La voz revelando la realidad: las protestas en Venezuela

Escribe: Gianfranco Smarrelli

Este lunes se cumplió un año de la fraudulenta victoria de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles. Cuando le comenté esto a unas cuantas personas, me dijeron que pensaban que ya había pasado más que solo un año para que se desencadenen tantos problemas. Sinceramente los entiendo, es difícil imaginarse que en un año un país pueda sumergirse en una crisis como la que se vive en Venezuela; sin embargo, esta crisis no se ha derivado solo de la gestión de Nicolás Maduro, sino que viene de antes, viene de las políticas que Hugo Chávez tomó entre el 1999 y el 2013. Es decir, fue Chávez quien reguló los precios, una de las mayores razones de la escasez. Además, algo que agrava la escasez y la inflación es la falta de dólares en el país debido al excesivo control cambiario. 


Si bien nunca se vio tan mal como hoy en día, lo que está pasando es que la gente se cansó y cada vez más venezolanos se han dado cuenta que la situación es insostenible y que ya no se puede vivir. Dadas las condiciones del país, ahora se trata de sobrevivir. Debido a esto, desde el 12 de Febrero, los venezolanos, a través de las protestas, no han parado de alzar su voz. El sábado se cumplieron dos meses desde el inicio de estas manifestaciones que se repiten día tras día, y no se prevé que paren ¿Por qué protestan los venezolanos? Para no cansarlos hablaré de tres temas que causan esta situación y que explican porqué los venezolanos se tratan de expresar en las calles: la escasez, la inflación y la inseguridad.



Escasez
En el mes de Marzo la escasez de alimentos se ubicó en 60,2%; es decir, si uno va a un supermercado o a algún otro establecimiento con la intención de comprar cinco productos, es muy probable que solo encuentre dos de los que busca… ¿duro no? Pues esa es la realidad que viven hoy en día los venezolanos. Además, si alguno de ustedes ha escuchado en alguna ocasión a un oficialista diciendo que las personas más pobres no se ven afectadas debido a que Mercal, Pdval o Abastos Bicentenario (supermercados del estado), proveen de alimentos a estos sectores, lo que han escuchado no es cierto. Lo digo porque en esta cifra del 60% de escasez, están incluidos tanto los supermercados de cadenas, como abastos, bodegas, el comercio informal y los ya mencionados Mercal, Pdval y Abastos Bicentenario. Por si fuera poco, Pdval comenzó un plan piloto en el cual las personas solo pueden comprar un día de la semana según el número en el que termina su cédula de identidad (lo equivalente al DNI en Perú). Este plan Piloto ya se está ejecutando y se espera que para dentro de tres meses se generalice en todo el país. Por último, en Marzo del presente año, Nicolás Maduro, anunció la implementación de una tarjeta de racionamiento para, supuestamente, garantizar la provisión de alimentos, convirtiendo a Venezuela en el cuarto país del mundo en implementar una medida altamente cuestionable (los otros tres son Haití, Corea del Norte y Cuba). Una medida que atenta contra todos los ciudadanos por igual y que revela la situación crítica en la que se encuentra Venezuela.

Inflación
Según cifras oficiales, la inflación anualizada al mes de Marzo del presente año fue de 57.3%, colocando a Venezuela como el país con mayor inflación en el mundo. Lo más grave de la situación es que la inflación en alimentos, al cierre de Febrero del presente año, fue de 74.5%, la más alta de la región. Para poder mostrarles la gran diferencia con respecto a otros países nuestra región, me gustaría mencionar que el segundo país con elevada inflación es Uruguay con 10.4%. Considerando esto, les propongo imaginarse vivir en esta situación, o más bien, les propongo recordar lo que se vivió en Perú a finales de la década de los 80. No es una situación agradable de recordar para la memoria, ¿cierto? El venezolano se ve día a día golpeado por estas altas tasas de inflación. Para entender mejor lo difícil de esta batalla, a continuación una breve comparación con Perú. El sueldo mínimo en Venezuela es de 3270 bolívares y una lata de atún cuesta 123.5 bolívares, aproximadamente. Es decir, el sueldo mínimo alcanza para comprar 26 latas de atún, ni siquiera para comer una lata de atún al día. Asimismo, un paquete de chicles de la marca Trident (el que se consigue en Perú a un sol), cuesta 140 bolívares, es decir, el sueldo mínimo te alcanza para comprar 23 paquetes de Trident. En Perú con un sueldo mínimo puedes comprar 750 ¿Pequeña diferencia? En caso quieran seguir conociendo el poder de compra que posee el venezolano actualmente, los invito a ingresar al siguiente enlace: http://www.sitiosguayana.com/2014/04/10-cosas-en-las-que-puedes-gastar-tu.html

Inseguridad
En el año 2013, 24,763 venezolanos fueron asesinados, lo que equivale a 68 asesinatos diarios; es decir, en Venezuela, en el 2013, una persona era asesinada cada 20 minutos. Esta cifra es alarmante y pareciera que ya no es necesario preguntarnos cuál es la incidencia de delitos asociados al crimen común, como el robo, el secuestro y la violación sexual; y mucho menos a delitos asociados al crimen organizado ¿Con qué nos encontraríamos si averiguamos más sobre el número de víctimas asociadas a otro tipo de delitos? Los altos niveles de inseguridad que se viven en Venezuela lo convierten en el tercer país más violento del mundo con 79 homicidios por cada 100 mil habitantes, solo superado por El Salvador (80) y Honduras (83). En Perú, la tasa de Perú es de 7 homicidios por cada 100 mil habitantes. Además, por si fuera poco, según Control Risk, una compañía internacional consultora de riesgos, Venezuela es el quinto país donde es más probable que te secuestren, solo por detrás de México, India, Nigeria y Pakistán. Considerando esta situación, ¿pensarías en vivir en Venezuela? Más bien, reformulemos la pregunta, ¿harías un viaje turístico, en familia, para encontrarte con un país que lucha por no perder su encanto?

Las protestas son la voz que se alza para pedir justicia. La justicia puede tener diversos significados. En este caso, para los venezolanos, la justicia significa dos cosas fundamentales: (i) acceso a alimentos sin restricciones de oferta y con precios que no estén en las nubes; y, (ii) poder vivir el día a día, poder criar a los niños y poder crecer, sin miedo a que un simple hasta luego, cuando te despides en la mañana de tu familia antes de ir a la escuela, al trabajo o al supermercado, se convierte en un adiós por siempre. 





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