Llega la Navidad
y para muchos es un dolor de cabeza pensar en qué regalarle a sus seres
queridos. Lo sé… muchos estarán pensando que Navidad no es sinónimo de regalos,
pero, sinceramente, Papa Noel y Coca Cola ya nos enyucaron con esta tradición
“navideña” y largas colas en el Jockey Plaza. Sin embargo, no soy una “hater”. Por
ejemplo, de las tradiciones que más me gustan en épocas de fiestas, una de mis
favoritas es poder hablar con mi mamá cuando estamos horas en la cola de la
caja de una tienda o buscando estacionamiento, todo por pasar un poco de tiempo
de calidad con la familia.
A fin de año,
está claro que uno de los factores que afecta el crecimiento del consumo
privado es la época de fiestas. Y si bien es un tiempo lleno de ingresos para
diferentes sectores de la economía y otros efectos macroeconómicos positivos,
al mismo tiempo, está lleno de ineficiencias económicas que pueden ser
analizados a través de la microeconomía.
Si fuiste
víctima del “regálame lo que quieras” probablemente estás enfrentando un
problema de expectativas racionales.
Lo pongo de esta manera: basado en el hecho que debes conocer un montón a tu
enamorada y has prestado atención a cada detalle de las cosas que le gustan,
como se viste y demás (información disponible y experiencias pasadas), ella espera
que seas capaz de predecir qué es lo que quiere. Y sí… debería ser bastante simple
si prestaste atención a TODO lo que te dijo siempre #nopressure. Es decir, si
tuvieras toda la información, tus expectativas deberían ser equivalentes a lo
que ella quiere que le regales o, generalizando,
lo que cualquier ser querido quisiera que le regales, pero, la verdad es que
nos encanta que nos adivinen las cosas. Así que si eres de las personas que afirman
que siempre dicen lo que quieren, es un engaño, porque en el fondo, ya seas
hombre o mujer, siempre nos gusta que nos sorprendan un poco. Entonces, si una
vez más le regalaste a tu mamá toallas navideñas y no acertaste con el regalo
ideal, sí, lamento decirte que eres el causante de pérdida de eficiencia social (PES) en nuestra economía.
Stephen
Dubner, de la Universidad de Chicago, nos plantea la siguiente situación: si te
regalan una vela navideña que le costó a tu tía unos 30 dólares, pero tu máxima
disposición a pagar por ella era de $2 dólares #cruel, eso significa que se ha generado
una PES de $28 dólares. Dado que los compradores de regalos no son los
consumidores finales se lleva a que se generen ineficiencias, es por esto que
algunos prefieren dar dinero por temor a no acertar una vez más… Joel Waldfogel
de la Universidad de Minnesotta presentó en el 2009 su libro “Scroogeconomics:
Why You Shouldn’t Buy Presents for the Holidays” basado en encuestas hechas a
estudiantes de pregrado de la Universidad de Yale[1],
cuyo resultado fue que los regalos navideños destruyen entre 10 por ciento y un
tercio del valor de los mismos por una diferencia entre la máxima disposición a
pagar y el precio real del producto. Otro hallazgo es que los regalos hechos
por seres queridos y familiares son los más ineficiente #hater.
Pero no se
desalienten, definitivamente considero que es una manera bastante fría de
verlo, porque así como explica Avner Ben-Ner, crítico de “Scroogeconomics” y
también de la Universidad de Minnesota, el acto de regalar es una práctica de
reciprocidad y confianza y también lleno de asimetría
de información. Es difícil poder tener toda la información necesaria y
disponible para poder acertar en qué es lo que el otro espera, por lo tanto que
tu enamorada espere que te rijas por expectativas
racionales es bastante irracional… Lo más fácil es que la otra parte revele
la información, ¿cómo?, simplemente preguntando que es lo que le gustaría.
Muchos responderán “no te preocupes” y será una causa perdida, pero al menos
intentaste #sorrynotsorry. Así que en estos casos sólo nos queda seguir
adivinando, o preguntar a amigos y familiares para que esta Navidad por fin la
hagas linda.
La PES desaparece
cuando una transacción se lleva a cabo a la perfección, es decir cuando tenemos
toda la información disponible, y como se mencionó, al momento de regalar se
parte del hecho que el consumidor final no es el comprador. Sin embargo, a
veces ni hasta nosotros mismos sabemos que queremos, así que probablemente tu
enamorada también sea culpable de muchas ineficiencias económicas por su cuenta
y al no darte una ayuda sólo lo hace que todo sea peor.
Una forma de resolver el problema de las ineficiencias en los mercados con información asimétrica es teniendo un planificador central: Papa Noel. Básicamente si cada uno le escribiera una carta a Papa Noel y el nos entregara lo que le pedimos, entonces las ineficiencias en la navidad desaparecerían. En conclusión, no solo los niños necesitan a Papa Noel, también los grandes lo necesitamos para resolver las ineficiencias navideñas.
Entre los
temas dentro de “Economics of Christmas” encontramos el estudio del inicio de
las compras por fiestas que lo marca Black Friday en Estados Unidos o “El Buen
Fin” en México. También tenemos el cálculo del “Christmas Price Index” [2],
el cual mide los precios de los bienes cantados en el villancico “Los doce días
de Navidad”. Y sí, este artículo puede estar presentando un poco de “First
world problems”, pero mi mejor recomendación es que disfruten y se rían
tratando de adivinar que pueden regalar, pasarla con la familia y disfrutar de
las vacaciones. ¡Felices Fiestas!
[1]http://graphics8.nytimes.com/images/blogs/freakonomics/pdf/WaldfogelDeadweightLossXmas.pdf
[2] https://www.pncchristmaspriceindex.com/
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