miércoles, 18 de mayo de 2016

Contra el muro... de Trump


Escribe: Maria Claudia Rossi

Hablar de las elecciones de USA es muchas veces sinónimo de conversaciones acerca de Donald Trump. ¿Las razones de esto? Hay varias. En primer lugar, sus propuestas fuera de lo común (llamémoslas así) y sus características de “showman” han convertido a este sujeto en el centro de muchas noticias, discursos y críticas. Asimismo, la típica figura de diplomático parece verse desafiada con este nuevo personaje al que alguien llamó “Lord Voldemort”.

Leyendo sobre el tema encontré una reflexión que decía lo siguiente: “Para muchos estadounidenses, escoger entre Hillary Clinton y Donald Trump es como escoger entre un disparo a la cabeza, y un disparo a la cabeza”.[1] Siendo sincera, cuando lo leí, me quedé un poco sorprendida por la segunda parte de la oración; entiendo perfectamente a aquellos que opinan que Trump puede ser un disparo a la cabeza; pero, en un primer momento, no comprendía por qué Hillary Clinton merecería la aplicación de tal analogía. Pensé que podía ser producto de mi falta de curiosidad para con este personaje, pero después de conversar con algunas personas comprendí que la situación no era solo un tema personal, era compartida.

En ese momento me di cuenta de que lo que se escucha en nuestro día a día es sobre la xenofobia de Trump, sus declaraciones discriminadoras, y los posibles efectos de las políticas que este hombre propone; sin embargo, pocas son las veces que escuchamos críticas hacia su oponente Hillary Clinton. Una simple búsqueda en Google parece darnos la razón. Búsquedas con el nombre de Donald Trump dan casi el triple de resultados que búsquedas de Hillary Clinton (367, 000,000 vs. 161,000,000).

Reacción de un americano promedio (?)
No solo estas cifras son impactantes, también los resultados de las primarias. Long story short, en el partido Republicano las primarias las lidera Trump con 1,086 delegados  (necesita 1,237 para ganar) y en el caso de los Demócratas 1,716 de los votos son para Clinton (siendo 2,383 la valla que debe alcanzar).

Como es de esperarse, hablemos primero un poco acerca de Trump. ¿Por qué va ganando en las primarias proponiendo cosas tan rayadas y fuera de foco? ¿Por qué es un candidato de los favoritos si parece ser el mero malote ? Vayamos a la raíz.

La inmigración ilegal que ha experimentado este país a lo largo de los años parece haber generado una especie de rechazo por parte de los americanos. En términos generales, no ha existido una regulación fuerte con respecto a este tema y esto ha provocado que la presencia de extranjeros pueda tener un impacto negativo en la búsqueda de empleo y desarrollo económico de los gringos locales. Otro factor influyente puede ser el cansancio que provoca la rutina y la sucesión de políticos que dan los discursos que el votante está acostumbrado a escuchar (parece que hablara de políticos peruanos). Trump es un sujeto que rompe este paradigma y atrae a aquellos votantes que se han sentido engañados por el decir y obrar de los políticos del día a día. Él dice prometernos algo parecido a “transparencia” con el intento de eliminar lo “políticamente correcto”, será verdad (?).

Por consiguiente, se dice que con Trump la derecha parece haberse vuelto extrema (se fue en floro). Sin embargo, dejo esta reflexión de lado para abrir paso a otra reflexión. ¿Por qué no analizamos la “derecha moderada” un poco más? ¿Por qué nos cerramos en opinar sobre Trump y no vemos también las desventajas de Clinton? De hecho, puede que este patrón de crítica discriminada del que venimos hablando se puede estar replicando en los votantes estadounidenses.

Clinton tiene fama de ser “mentirosa”. Sin embargo, no sería justo afirmar algo así sin dar unos ejemplos: mentiras sobre el proceso de paz en Irlanda del Norte y sobre la mala situación económica en la que se encontraba su familia cuando ella dejó la Casa Blanca.[2] Por otra parte, si bien se puede decir que Trump no es el político tradicional, no podemos decir que es un mal político; en contraste, Clinton no aparenta tener las mejores habilidades en cuanto a política se refiere. A veces, parece no sentirse cómoda al estar rodeada de multitudes, algunos lo describen como: “Hillary loves humanity, but hates people.”

Por otro lado, hay muchas mujeres que dicen votar por ella por ser de su mismo sexo, ¿será este un argumento suficiente? #Keiko 2.0. Finalmente, hay muchos indicadores que nos hacen pensar que esta candidata no cuenta con un verdadero apoyo por parte de los estadounidenses, sino que es una candidata por la cual muchos están votando para que el escogido no sea Trump.


¿Será Clinton entonces el mal menor? ¿Será Trump la mejor opción? Aspectos diferentes en ambos candidatos, ¿categorizarlos como buenos o malos? Para eso está el juicio del lector.

Dejo este texto acá pero no sin antes resaltar que escoger entre republicanos y demócratas, entre derecha e izquierda, entre Trump y Clinton; no es solo escoger entre dos partidos, dos ideologías o dos personajes; es también decidir el futuro no solo de un país, sino también el futuro de millones de ciudadanos.




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