lunes, 23 de mayo de 2016

Yo la conocí en un Uber

Escribe: Eduardo Dibos

Probablemente todos hemos usado o escuchado algo sobre Uber. La aparición de la aplicación renovó las cosas en un mercado poco versátil y con una demanda constante. La revolución del servicio de taxis trajo consigo muchísimos beneficios para los consumidores, pero también pérdidas para otros sectores. Aquí te contaremos qué es lo que hizo Uber para cambiar para siempre la manera en la que tomas un taxi y también por qué su presencia ha generado problemas en muchas ciudades del mundo. 


Todos hemos pasado por el suplicio de no encontrar un taxi cuando más lo necesitamos: saliendo de una juerga en lugares remotos como La Molina o Villa, o en las mañanas durante hora punta para no llegar tarde a una clase. Con la llegada de los smartphones, el mercado de los servicios de taxis no fue ajeno a las innovaciones y en el 2010 Uber vio la luz (para nuestro país en 2014) para satisfacer nuestra necesidad de encontrar transporte de manera rápida, poco costosa y al momento deseado. Un servicio on-demand desde la palma de nuestra mano. La idea era sencilla: cualquiera podía inscribirse en la red de conductores de Uber y con su propio vehículo salir a “taxear”. Para el 12 de abril de este año la compañía tenía presencia en casi 450 ciudades con un estimado de 8 millones de usuarios regulares y habiendo completado para finales del año pasado… ¡mil millones de viajes! 

Una de las varias estrategias que ha utilizado Uber para proveer de dinamismo y eficiencia al mercado es el surge pricing. Con un algoritmo creado por la compañía, las tarifas automáticamente se multiplican cuando la demanda de taxis es mucho mayor a los choferes disponibles. Ejemplos de esto son los feriados o a la salida de un concierto. Esto solo funciona en determinadas zonas y por periodos de tiempo los cuales la compañía tiene estudiados. Los que no valoran el viaje lo suficiente como para pagar más, probablemente esperarán a que el tiempo de surge pricing termine o tomarán el transporte público. De esta manera es posible segregar la demanda para solo suministrar el servicio a los que estén dispuestos a pagar más por él, se reduce la insatisfacción de los clientes y también incentiva a más choferes a salir a las calles equilibrando el problema de la demanda. Aunque para los ojos de algunos economistas la idea puede sonar brillante, ha despertado quejas en ciertos sectores de la sociedad que consideran que se lucra con la necesidad de las personas. Como Uber no toma nada a la ligera, ha publicado un paper junto con la Universidad de Chicago para justificar su sistema, el cual puedes leer aquí si eres procrastinador curioso. 

Uber: el terror de los taxistas (?) 
Si bien esta estrategia resulta debatible, las controversias relacionadas a Uber no terminan ahí. Los grandes perdedores con la aparición del app son los taxistas comunes y corrientes. A diferencia de nuestra capital, la mayoría de ciudades cuenta con servicios de taxis estrictamente regulados por un organismo central, que los obliga a pasar por exámenes, sacar permisos y a pintar sus carros de cierta manera. Inclusive en muchas ciudades el servicio es únicamente operado por unas cuantas empresas, lo que genera un mercado de oligopolio. En ciudades como París, Londres, Madrid y Buenos Aires se han registrado paros indefinidos de taxistas y violentas manifestaciones de sindicatos, quienes aducen la ilegalidad del sistema y competencia desleal. Estos exigen la prohibición de la aplicación en sus ciudades o en el peor de los casos, hacer que la legislación haga que Uber pase por mayor regulación. En el caso de Madrid, la compañía tuvo que cesar operaciones en el 2014 debido a una prohibición cautelar que obligó a todos sus choferes a tramitar permisos especiales. Recién volvió a la actividad en marzo de este año. 

The Uber Apocalypse 
Como hemos visto, Uber hace jugar a su favor las leyes más básicas de la economía para tener mayor utilidad, apoyándose en la tecnología para lograrlo. El surge pricing resulta eficiente para la compañía pero no es tan popular entre los usuarios. Su efecto puede ser reducido mediante –por ejemplo- un mejor transporte público. Considero que en este aspecto la pelota puede estar en la cancha de la administración pública. Por otro lado, prohibir el funcionamiento de Uber o sistemas parecidos en una ciudad no es lo adecuado, esto solo aumentaría las tarifas promedio y avalaría el alza de precios por parte de gremios de taxistas. A lo largo de la historia, muchos servicios han evolucionado y se han vuelto accesibles para más personas. Uber le debe su éxito, principalmente, a las innovaciones tecnológicas y es que después de todo, uno de los objetivos de la tecnología es facilitar la vida a las personas. Lo ideal es que esto último se desarrolle en actividades cotidianas y reduciendo costos. Por más que Uber cobre algunos empleos o haga que ciertos sectores tengan menos ingresos, en ponderación respetar la libre competencia que el app representa generará beneficios para un mayor sector de la población. En nuestro país Uber es también una alternativa ante la inseguridad, pues alrededor de 40 mil unidades de taxi en la capital son informales y esto puede aumentar la incidencia de delincuencia. Lo que es un hecho, es que el sistema de Uber se sigue expandiendo por el mundo y ha llegado a nuestras ciudades para quedarse.

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1 comentario:

  1. excelente publicación Eduardo, vivo en Santiago de Chile y aquí también es tal cual lo has descrito, has subrayado puntos relevantes en lo que trajo Uber desde su creación y la estrategia en la que ha basado su éxito, me encantó, mejor explicado y definido, imposible. Que bueno que llegó para quedarse, felicitaciones por tan magnifica forma de compartir la UBERMANIA.

    Rosi Pardo
    Santiago de Chile

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