Escribe: Gianfranco Smarrelli
El 1 de enero del año 2008 entró en vigencia la reconversión monetaria de la moneda venezolana, el tipo de cambio oficial pasó de ser 2150 bolívares por un dólar a 2.15; es decir, en términos simples, se le quitaron tres ceros al bolívar. En ese entonces, la oposición criticaba esta medida diciendo que no iba a servir para enfrentar el mal momento económico por el que atravesaba el país. Debido a ello, el Gobierno venezolano publicó un video en el que creó un personaje llamado “medio malo”, el cual representaba a los venezolanos que estaban en contra de la medida antes mencionada. En el video se observa como “medio malo” afirma que la medida serviría y lanzaba frases como “todo se va a encarecer, habrá inflación, habrá desabastecimiento, fuga de inversiones, pasarás hambre, habrá miseria”, y todas esas afirmaciones eran esquivadas por el personaje que representaba al oficialismo al estilo de Matrix, indicando que nada de esto iba a pasar.
Siete años más tarde se observa que “medio malo” era prácticamente un profeta, todo lo que mencionó se ha dado y de una manera muy marcada: Venezuela ha dejado de crecer, hay escasez, no hay dólares, la inflación es altísima y el bolívar, de fuerte, solo tiene el nombre. El billete de mayor denominación (100 bolívares fuertes) no alcanza ni para comprar una caja de chicles (chiclets o clorets, el que más les guste) que en los quioscos en Perú se consigue por un sol, ni un kilo de tomates que cuesta 170 bolívares fuertes en el mercado. Otra muestra del poco valor que tiene la moneda es el salario mínimo, que es 4889 bolívares, el cual representa menos de 30 dólares al cambio paralelo (oscila entre 175 y 180 bolívares por dólar). Lo más complicado, es que se necesita seis salarios mínimos para poder comprar un par de zapatillas, o más de uno, para adquirir un kilo de queso emmenthal o un kilo de gelatina en láminas, por dar algunos ejemplos. Si bien claramente la reconversión monetaria no es la causante de esta crisis, sí muestra la poca capacidad del gobierno venezolano de elaborar medidas eficientes para enfrentar los problemas que azotan al país.
¿Cómo es el día a día en Venezuela hoy?
Farmanada, Faltatodo, como usted prefiera. |
Tuve la oportunidad de viajar a Venezuela del 22 de Diciembre al 4 de
Enero (justamente estoy escribiendo este artículo en el avión, camino a Lima).
El mismo día que viajé a Caracas, la aeromoza de Avianca, nos preguntó cuál era
nuestro destino final (hacíamos escala en Bogotá debido a la escasez de pasajes
que hay para ir a Venezuela) y le mencionamos que era Caracas. En ese momento
nos comentó que el aeropuerto de Caracas es el que tiene la mayor escasez y que
la tripulación de las distintas aerolíneas conoce Farmatodo (la mayor
franquicia de farmacias de Venezuela, que además de vender medicinas es como un
mini supermercado) como “Farmanada” porque nunca se conseguía nada. Luego nos comentó que Avianca había tomado la decisión de que su tripulación ya no pasaría las noches en Caracas debido a dos razones: el virus Chikungunya (34.461 casos en el 2014 según la organización
panamericana de la salud) y la inseguridad. Uno puede pensar, que solo se trata
de la opinión de una aeromoza, y la decisión de Avianca es solo por precaución,
pero realmente la situación de Venezuela es grave. La escasez de medicinas no es
algo que ocurre sólo en Farmatodo, Freddy Ceballos, presidente de la Federación
Farmacéutica de Venezuela, afirmó que la escasez de medicamentos en Caracas
ronda el 60% y en el interior del país es de 70% aproximadamente. "La realidad es que no hay medicamentos, están faltando muchos
productos”, lo cual termina empeorando la crisis del Chinkungunya.
Este es el famoso adorno del CCCT, ha pasado a utilizarse como un medio de propaganda. |
Un día después, el 23 de diciembre, fui a una librería con mi papá,
compré un libro y al salir le dije al señor de la puerta “Feliz Navidad” y me respondió:
“que feliz Navidad ni que vaina, si en este país no hay un coño que celebrar” y
esto está muy ligado con algo que observé el tercer día. El 24 de diciembre,
acompañé a mi primo a hacer las compras finales de Navidad y me quedé perplejo
al no ver ni una luz ni un adorno de Navidad en Caracas; sólo vi un adorno, y
no es broma, uno en toda mi estadía y fue en el Centro Comercial Tamanaco,
donde siempre ha estado el mismo adorno, que ahora incluye una publicidad. Por último a
medianoche, se escucharon muy pocos fuegos artificiales, nunca había visto tan
oscuro el cielo en una Navidad en Venezuela.
Luego de esto, dos cosas me dejaron muy impactado en mi estadía en
Venezuela.
1. En una panadería, a pocas cuadras de mi casa le dispararon a un amigo
de mi primo, por querer robarle una cadenita de oro. Nos contó que se le acercó
una persona y le dijo en secreto “dame tu cadena y no digas nada para no formar
un escándalo”, él no se la quiso dar y cuando estaba por armarse una pelea, alguien
le disparó desde la entrada de la panadería y los dos maleantes escaparon en
moto. Afortunadamente la bala le impactó en el brazo y no tuvo consecuencias
mortales.
Estas fueron las fotos que tomé en el establecimiento |
Así como me lo prohibieron a mi, en otros supermercados ya hay anuncios que lo prohíben. |
Esto es un claro reflejo de la situación venezolana, las personas tienen
pocas razones por las cuales celebrar, ahorrar no sirve, porque la inflación
acaba con su dinero (se espera que la inflación supere el 100% en el 2015), el
PBI lleva tres trimestres consecutivos cayendo (cayó 4.8% en el primer
trimestre, 4.9% en el segundo y 2.3% en el tercero), salir del país es
complicado por la escasez de divisas y además sale muy caro si se hace la
conversión al dólar paralelo. Por otra parte, la inseguridad sigue siendo un
grave problema, ya que según el Observatorio Venezolano de la Violencia, Venezuela
tiene la segunda mayor tasa de asesinatos del mundo, 82 por cada 100 mil
personas, lo cual da un total de 25000 homicidios en el año 2014, solo superada
por Honduras en el mundo. Según el Observatorio Venezolano de la Violencia, en
1998, el ratio de asesinatos era 19 por cada 100 mil, menos de un cuarto de lo
que es hoy en día. Por si fuera poco, ni siquiera los programas sociales cumplen
sus objetivos en Venezuela, ya que Misión Vivienda, un pilar de la llamada
“revolución bolivariana”, incumplió con el 70% del objetivo que se había
planteado. Para cerrar con broche de oro (?), la web “Foreign Policy” califica
a Venezuela como uno de los 10 países que pueden protagonizar un estado de
guerra en el 2015 (algo que yo considero muy improbable).
Venezuela es un país de gente muy alegre, que siempre encuentra una broma
para salir del mal rato; sin embargo, luego de 16 años bajo este régimen, se
está convirtiendo cada vez más en un país triste, donde hasta en fechas como Navidad y Año Nuevo es difícil encontrar razones para alegrarse.
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