martes, 6 de enero de 2015

“Un pedacito de la Selva, en Lima”. Los shipibos de la comunidad de Cantagallo: historia, retos, logros y su actual reubicación en la capital

Escribe: Ana Maritza Cortez

Los shipibos de la comunidad de Cantagallo se encuentran en la capital desde el año 2000, llegaron alrededor de 15 familias y hoy son más de 200. Tienen la primera Escuela Intercultural Bilingüe en el país, el Festival "Shipibo Soy" desde el 2011, son parte del Megaproyecto Vía Parque Rímac y con el cambio de gestión tienen también una de las más grandes incógnitas como comunidad... ¿Serán finalmente reubicados?


Foto de la página de Facebook: "Comunidad shipiba de Lima - Cantagallo"
El pueblo Shipibo-conibo es originario de la Región del Alto Ucayali, como otros pueblos amazónicos, los shipibos se organizan en torno a lazos de parentesco; esto incluye organización social y económica, en donde esta última ha estado orientada a poder lograr el autoabastecimiento de los pobladores con las limitaciones que hayan podido tener el espacio y los recursos naturales. Por otro lado, en la cultura shipiba existe un fuerte apego por lo cosmogónico: por los mitos, las leyendas, los cuentos y los cantos. A través de los mismos, han intentado entender y comprender el mundo en el que viven.

En cuanto a la migración, los shipibos no solo son un pueblo que también migró a la capital y a otras regiones del país, sino que son pioneros en las migraciones amazónicas a la capital. En el año 2000, llegan alrededor de 15 familias shipibas a Lima y se establecen al lado del Río Rímac, es inevitable que surja la siguiente pregunta: ¿Por qué escoger vivir al lado de un río que no se encontraba, evidentemente, en las mejores condiciones? Por un valor espiritual que le otorgaron los shipibos al río, que les permitía emular la cercanía al Río Ucayali que habían tenido toda su vida.

Con la llegada de este grupo de familias shipibas se empieza a establecer la comunidad shipiba de Cantagallo, que actualmente es conocida por ser el espacio indígena amazónico más conocido en la capital. Sobre todo, porque los shipibos migrantes optaron por establecerse todos juntos como una colectividad, siguiendo su lógica cultural; a diferencia de otros migrantes, que se fueron dispersando en la ciudad. La inserción en la sociedad no fue fácil para la comunidad en muchos aspectos, una de las dificultades más relevantes fue la lengua y la dificultad que tenían para comunicarse y poder adaptarse.

Los shipibos lograron organizarse en la comunidad y como resultado de ello existen tres asociaciones: la Asociación de Viviendas de Shipibos en Lima (AVSHIL), la Asociación de Artesanos Shipibos Residentes en Lima (ASHIREL) y la Asociación de la Comunidad Urbana Shipibo Konibo de Lima Metropolitana (ACUSHIKOLM.) A pesar de tener estas tres asociaciones y no solo una, los shipibos han intentado lograr objetivos como colectividad dentro de la comunidad y de la sociedad. Entre estos objetivos como comunidad se encuentran el esfuerzo por mantener su cultura viva y de esa forma ir insertándose a la sociedad sin perder identidad.

En un inicio, generaban ingresos económicos con la venta de lo que sabían hacer: sus artesanías, alimentos típicos, servicios de chamanismo y pinturas. Actualmente, podemos encontrar shipibos que se dedican a rubros diferentes por los estudios que han realizado en la capital. Esta diversificación de actividades los ha ayudado a ir consiguiendo los objetivos que como comunidad se han ido trazando. Uno de los objetivos cumplido para la comunidad de Cantagallo es tener la primera Escuela Intercultural Bilingüe en el país, reconocida por la Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural (DIGEIBIR).

Casa decorada con motivos shipibos - Cantagallo (Por: Ana Maritza Cortez)
Otro logro importante para los shipibos es la organización del Festival Intercultural de Integración “Shipibo Soy”, que se viene realizando desde el año 2001 en la misma comunidad. Este festival es el producto de la inserción de los shipibos en Lima, donde vienen preservando su cultura e identidad, pero también incorporan elementos más occidentales. Desde el año 2011, la comunidad tiene una página en Facebook llamada “Comunidad Shipiba de Lima – Cantagallo” en donde integran información de diversa índole: enseñan palabras en shipibo, generan comunicados para la comunidad y promueven los eventos que organizan y de los que son parte como  comunidad.

Con la realización del Proyecto Vía Parque Rímac, promovido por la Municipalidad de Lima, los shipibos de la comunidad de Cantagallo tienen que ser reubicados para establecerse en el futuro Parque Cantagallo, que según el proyecto en vigencia, constará de aproximadamente 25 hectáreas. Además, contará con áreas verdes, anfiteatros, instalaciones deportivas, local comunal, entre otros. Lo que esperan como comunidad es que, en primer lugar, el proyecto y lo prometido por la Municipalidad se concrete, posterior a eso que la creación de este parque sirva también como punto turístico de la capital que les permita generar ingresos económicos.

Es decir, buscan que en el Parque Cantagallo se imite lo que es la población shipiba en Ucayali, pero en la capital; buscan ser “Un pedacito de la Selva en Lima”, generar una especie de turismo vivencial donde puedan ser una alternativa para los turistas y peruanos de ser un espacio donde se pueda ir a ver y visitar una cultura viva milenaria con todos sus usos y sus costumbres. Esto aportaría a la sostenibilidad de los shipibos, debido a la autogestión que realizarían de los servicios que puedan ofrecer como comunidad.

En relación a la reubicación, los shipibos han venido avanzando en un proceso largo junto a la Municipalidad de Lima. Actualmente, ya tienen como respaldo el Decreto de Alcaldía N° 16, publicado el 25 de diciembre, en el Diario Oficial El Peruano; en donde se dispuso que los organismos involucrados adopten las medidas que sean necesarias para implementar el reasentamiento de las familias y la formalización de su propiedad. Existe aun así, temor por parte de los shipibos a que todo lo que han avanzado se suspenda, debido a que todo el proceso lo han venido realizando con la gestión de Susana Villarán.

La comunidad tiene el apoyo de la Defensoría del Pueblo y del Instituto de Defensa Legal (IDL) que vienen acompañando el proceso y así como los shipibos de Cantagallo, también están a la espera de la firma del contrato entre las empresas OAS (construcción) y LAMSAC (administración) para la posterior puesta de la primera piedra simbólica en el nuevo espacio de reubicación shipiba. No se sabe dentro de cuánto tiempo empezará la construcción del Parque Cantagallo ni mucho menos en cuanto tiempo podrán ser finalmente reubicados, pero se espera que la firma del contrato se de en los primeros meses de este año. 

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