jueves, 20 de noviembre de 2014

La era del diamante negro en peligro de extinción

Escribe: Pablo del Águila

La próxima semana, el jueves para ser más exacto, se reúne la OPEC en Viena. ¿Con qué propósito? Empecemos desde el principio.

¿Qué es la OPEC? La OPEC es una organización internacional que funciona como un cartel (monopólico). Su misión es coordinar las políticas relacionadas a la producción de petróleo. El objetivo, de esta manera, es asegurar el flujo de ingresos continuo de los estados miembros y coludir para influenciar el precio mundial del petróleo a través de medios económicos. El grupo está conformado por doce países. Dado que la OPEC produce el 75% del crudo de petróleo mundial y conforma entre el 30% y el 40% de los combustibles fósiles a nivel mundial, es claro que puede influir considerablemente en el precio mundial. ¿Cómo?


Los precios de un producto están determinados en gran medida por su escasez relativa. Esto quiere decir que un producto es, por ejemplo, más caro si se desea una cantidad mayor del producto y existe la disposición de pago (demanda), o si hay empresas que comienzan a ofrecer una menor cantidad del producto. De esta manera, si la OPEC decide en algún momento reducir artificialmente su oferta de petróleo, crea demanda insatisfecha y por ende escasez relativa, lo que conduce a que el precio aumente.


Esta idea de la escasez relativa está íntimamente ligada con la facilidad para sustituir un producto. La existencia y aumento de un producto que tenga las características necesarias para satisfacer las mismas necesidades que otro conduce a que los precios de este último caigan. Ello se debe a que, como los individuos pueden reemplazar un producto con otro con algún grado de sustitución, se vuelven más sensibles a los precios y a los cambios en este.

Esta idea de sustituibilidad de los productos es la base del punto principal en la agenda de la reunión de la OPEC: el gas de lutita, o como lo llaman los gringos, shale gas. Este es un hidrocarburo gaseoso (combustible) que se extrae de formaciones sedimentarias (rocas) donde abundan las lutitas, el esquisto y las argilitas. ¿Por qué este montón de piedras es importante para la OPEC? Como con cualquier otra gran fuente nueva de energía, el gas de esquisto tiene el potencial de ofrecer riqueza abundante a algunos países y quitársela a otros.

A partir del 2010, las técnicas de fracturación hidráulica se han vuelto más sofisticadas. Asimismo, la necesidad de algunos países de encontrar nuevos combustibles para dejar de importarlo y el conocimiento de que hay una gran de combustibles fósiles en el subsuelo que esta técnica posibilita obtener han permitido su difusión, puesto que el retorno a la inversión en estas ha aumentado. El shale gas es uno de estos combustibles en el subsuelo que requieren de fracturación hidráulica para ser extraídos.

El empleo cada vez más difundido de esta técnica ha permitido incrementar considerable la extracción y comercialización del shale gas. Dado que este es un sustituto de otros combustibles fósiles como el crudo de petróleo que produce y exporta la OPEC, muchos de sus principales compradores, por ejemplo EEUU, quien ahora produce shale gas, han ido reduciendo sus importaciones y esta contracción de la demanda ha disminuido de manera sostenida el precio que percibe la OPEC por la venta del crudo de petróleo.


Esto afecta principalmente de dos formas a la OPEC. En primer lugar, existe un problema de corto plazo: reduce sus beneficios porque el precio es menor. En segundo lugar, existe un problema de mediano o largo plazo: es probable que el poder de mercado que tiene la OPEC se vaya reduciendo y, por ende, su facilidad para ir controlando los precios según le convenga gracias a su exagerada participación.

Como consecuencia de lo anterior, la OPEC se reunirá para discutir sus estrategias. En específico, analizarán las dos más sonadas. La primera es una que prioriza el corto plazo. Consiste en que los miembros avengan en reducir artificialmente sus ventas. Esto quiere decir disminuir la extracción o dejar almacenado el producto para que la oferta se contraiga, exista escasez del bien y los precios suban y así contrarrestar el efecto. Por ahora, dado que para muchos países es un bien necesario y no tienen todavía tanto acceso a los sustitutos (por no tener la tecnología o facilidad para obtenerlo), la caída en la cantidad será compensada por el aumento en precio. Sin embargo, dado que la creciente abundancia del shale gas (sustituto) vuelve cada vez más sensibles a los compradores de combustibles a los cambios de los precios, a mediano o largo plazo, esta estrategia se volvería insostenible el aumenta de los beneficios por incremento de precios sería sobrepasado por la caída en los compradores. Esta estrategia conviene si los beneficios de corto plazo superan a las pérdidas posteriores.

La segunda estrategia prioriza el largo plazo. Esta consiste básicamente en iniciar una guerra de precios. ¿Qué significa esto? Significa que la OPEC comenzará a bajar sus precios; de esta manera, el producto de la OPEC se irá volviendo más atractivo y ello creará incentivos (casi que obligará) a los productores de shale gas a bajar sus precios (dado que por ahora no cuentan con tanto poder de mercado y no les conviene ir perdiendo el que han conseguido). La OPEC volverá a bajar sus precios y se repetirá la lógica. La idea de la OPEC es seguir bajando los precios hasta que ya no sea rentable producir shale gas. Esto quiere decir que buscarán que los vendedores del otro producto tengan pérdidas y salgan del mercado. Luego de ello, ya no tendrán productos competidores por un tiempo y podrán disfrutar de beneficios como un cartel monopólico. Esta estrategia, por supuesto, también tiene problemas. En el largo o mediano plazo, tendrán beneficios altos por la ausencia de competidores importantes en el mercado; sin embargo, implica reducir sus ganancias de corto plazo. En consecuencia, esta estrategia podría funcionar si las ganancias de mediano o largo plazo son mayores que las pérdidas de corto plazo.

Esta reunión resulta relevante, porque el resultado de aquello que se decida tendrá implicancias

mundiales importantes. En los países miembros, los ingresos por venta de petróleo tienen una participación importante. Una caída considerable en las ganancias afectaría seriamente la estructura y sostenibilidad económica interna y, en consecuencia, también la política. Asimismo, la posesión de fuentes de energía rentables crea independencia energética en algunos países y puede generar un reordenamiento del mapa energético mundial. Ello puede resultar en un reordenamiento del poder económico y político a nivel mundial. Por ahora solo queda esperar; es probable que se escriba un nuevo capítulo en la historia de los mercados de petróleo.


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